Hablando de cierto juego
infantil llamado "tango", muy popular en la España del siglo diecinueve, se ha dicho que las voces 'tango' y 'tanga' denominan indistintamente la pieza de madera sobre la
que, en este juego, los jugadores depositan sus apuestas.
Dado que no es así, pues además de la de género
existen otras diferencias entre estas palabras, considero oportuno recordar lo que
don Sergio Hernández De Soto, en su libro sobre los Juegos Infantiles de Extremadura, publicado en Sevilla en 1884, nos
dice al respecto:
Hablando de cierto juego
infantil llamado "tango", muy popular en la España del siglo diecinueve, se ha dicho que las voces 'tango' y 'tanga' denominan indistintamente la pieza de madera sobre la
que, en este juego, los jugadores depositan sus apuestas.
Dado que no es así, pues además de la de género
existen otras diferencias entre estas palabras, considero oportuno recordar lo que
don Sergio Hernández De Soto, en su libro sobre los Juegos Infantiles de Extremadura, publicado en Sevilla en 1884, nos
dice al respecto:
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Tangas y tango |
Se coloca de pie un taruguito de madera redondo o cuadrado, al que llaman
tango; sobre éste se ponen tantas monedas de cobre como jugadores hay. Éstos, que
se hallan provistos de una piedra plana, a la que llaman tanga la arrojan sobre
el tango, a manera de tejo, desde una distancia conveniente. Si el que tira falla,
tira entonces el que sigue. Cuando un jugador le da, claro es que tango y monedas
salen rodando, y entonces las monedas que están más próximas al tango, vuelven a
ponerse sobre éste, guardándose el jugador las que se hallan más cerca de la tanga.
Como los chiquillos, por lo general, no tienen dinero, lo sustituyen con tejoletas
de barro cocido del tamaño y forma de las monedas.
Jugando al tango