ACERCA DE NUESTRO LENGUAJE ESCATOLÓGICO
El argentino
No
siente frío: se caga de frío.
No se ríe a carcajadas: se caga de risa.
No tiene miedo: se caga de miedo,
(y cuando el miedo es mayor: se caga en las patas).
No tiene diarrea: se caga encima.
No golpea al otro: lo caga a palos.
No le pega con el puño: lo caga a trompadas.
No le da órdenes: lo caga a pedos.
No sale corriendo: sale cagando.
No lo echan: lo sacan cagando.
No lo estafan: lo cagan.
No dice que hizo algo mal: dice que hizo una cagada.
No dice que algo no le gusta: dice que es una cagada.
No dice de alguien que es un cobarde: dice que es un
cagón.
No dice ‘te equivocaste’: dice ¡la cagaste!
No se cae: se va a la mierda.
No choca: se hace mierda.
No manda ‘al diablo’: manda a la mierda.
No queda deprimido: queda hecho mierda.
No habla de un pobre país: habla de un país de mierda.
No está sin hacer nada: está al pedo.
No sale apurado: sale a los pedos.
No sale muy apurado: sale a los santos pedos.
No se salva raspando: se salva de pedo.
No dice ‘tener suerte’: dice tener culo.
No dice ‘tener mucha suerte’: dice ‘tener un culo bárbaro’.
No amenaza a alguien diciéndole que le va a pegar: amenaza
diciéndole que le va a romper el culo (preferentemente a patadas).
Cuando le preguntan cómo le va: suele contestar que le
va como el culo.
Cuando algo le sale mal: dice que le salió para el orto.
Poner cara de pocos amigos: es poner cara de orto.
Y cuando alguien muere: dice que cagó fuego.
Ya ni al idioma se lo respeta.
¡Qué cagada!