Alberto Vacarezza, que hizo su
entrada en el mundo por Villa Crespo el 1º de abril de 1886, con el nombre de Bartolomé Ángel Venancio Alberto Vaccarezza y nos dejó el 6 de agosto de 1959, fue un
destacado comediógrafo y el más prolífico y popular de los sainetistas
argentinos; autor de El conventillo de la Paloma; Tu cuna fue un conventillo; Juancito de la Ribera; Lo que le pasó a Reynoso, entre muchos
otros. Sus obras alcanzaron cientos de representaciones.
Autor de numerosas letras de tango, zambas, estilos
y ritmos afines.
Carlos Gardel le grabó 13 temas.
Con música de Enrique Delfino:
La copa del olvido; Otario que andás penando; Adiós,
que te vaya bien; Araca corazón; Eche otra caña pulpero; Francesita; No le
digas que la quiero; Padre nuestro y
Talán… talán.
Con música de Antonio Scatasso:
Adiós para siempre; El poncho del amor y No me
tires con la tapa de la olla (a partir del tango primitivo del mismo
título).
Con música de Raúl de los Hoyos: El carrerito.
Alberto Vacarezza ha sido, también, hombre de radio, en la que actuó como charlista y decidor de sus propios poemas, muchos de ellos editados en libros, tales como: "La Biblia
gaucha", "Dijo Martín Fierro" y "Cantos de la vida y de la
tierra".
"Era una paica papusa... " en la voz de Alberto Vacarezza
Así como los monos prorrumpen en gritos de
alerta a sus compañeros, avisándoles de algún peligro inmediato, y las aves de
corral ante el más mínimo gesto de agresión se ponen a cacarear alertando a
todo el gallinero, el más lejano de nuestros antepasados, seguramente, imitó el gruñido de una bestia
salvaje para avisarle así a sus congéneres sobre la naturaleza del riesgo. Esto
habría sido quizá el primer paso dado para la formación de un lenguaje. Desde
entonces, a medida en que se comenzó a usar más y más la voz, los órganos
vocales se fueron desarrollando y perfeccionando como respuesta a los efectos
heredados del uso, lo que habría de reaccionar, cerebro y siglos mediante,
sobre la facultad del habla.
Y así, hasta llegar al lunfardo, al que, el homo-malandra
enriqueció sumándole voces de alerta y de advertencia, tales como:
Ancú o ancún. interj. ( origen desconocido) Voz de atención o
alarma. - ¡Ancún, la cana!, ¡cuidado,
que hay peligro! (JAS.) (AD.)
Araca. interj. (del uajili haraka:
¡rápido!, ¡rapidísimo!, ¡ahora! (L.A.) // del caló aracatanó: guardián –palabra que los presos empleaban para
prevenirse ante la cercanía de un guardián-.) Voz de alarma, de prevención. ¡Cuidado! (LCV.)
Araña. Interj. Voz de alarma, de sorpresa. (LCV.)
Atenti. Interj. (del siciliano. attentu:
atento.) Voz de alerta, de advertencia; ¡cuidado!
Dequera. Interj. (de la exp. Ingl. take
care: ten cuidado.) Cuidado, recelo, precaución. Acción de prevenir un
daño, riesgo o trampa. Señal de alarma en caso de peligro.
Dequerusa. Interj. Forma fest. de dequera. “Una explicación: los policías de civil recorrían las
calles (¨hacían calle¨) de a dos; como se los denominaba ¨pescados¨ o
¨pescaos¨, en el ambiente delictivo nació la expresión que luego habría de
popularizarse: Dequerusa la merluza,
isolina la corvina.” (EG.)
Guarda. Interj. (del ital. guardare:
mirar) ¡Ojo! // ¡Cuidado con…! // Expresión que denota amenaza, precaución o
aviso de un peligro o daño (JAS.)
Isa.
Interj. (del maltés y siciliano issa:
¡ahora! (L.A.) // del gen. Isa:
¡ánimo!, ¡fuerza!) (G.P.) - Poner sobre aviso, voz de alerta, advertencia.
Isolina. Igual que isa.
¡Ojo!:
fig. Atención, cuidado. ¡Ojo al
Cristo, que es
de plata!:Adviertesetengamuchocuidadoconalgunacosa,especialmentesiseestáencomendada,porelriesgoquepuedecorrerdequeleseahurtada,otratadaconmenosesmerodelqueporsuscondicionesespecialesrequiere. Ojo al
hilo:fig.Atención,cuidado.
AD:
Antonio Dellepiane (1897)
EG:
Eduardo Giorlandini G.P. José Gobello y Luciano Payet (1959)
JAS. José Antonio Saldías (con el
seudónimo de Rubén Fastrás) 1913 – 1915
L.A. Luis Alposta
LCV. Luis C. Villamayor (1915)
"Araca la cana" - Letra Mario Rada - Música Enrique Delfino - Canta Edmundo Rivero
Con Enrique Cadícamo - (1981), autor de "Apología tanguera"
El tango es, esencialmente, un arte de síntesis.
Puede ser una sinfonía, un
ballet de pareja abrazada, una novela existencial musicalizada o las tres cosas
juntas, sin necesitar para eso más de dos o tres minutos.
El tango es la música de fondo
de nuestra inefable identidad nacional proyectada al mundo.
Es una música popular que nos
identifica y singulariza.
De nuestra “banda sonora” ,
tal vez sea lo mejor.
Generador de un heterogéneo
corpus de textos teóricos de diferente intención y calado, el tango, como
Sócrates, ha tenido también más de una apología. Y pruebas al canto.
Recordemos la “Apología del
Tango” de Manuel González Baraldo, de 1924, con música de Ataliva Montenegro;
la de Francisco Brancatti y la de Enrique P. Maroni, sin duda la más difundida…
la que nos dice:
"Tango
que me hiciste mal
y que,
sin embargo, quiero
porque
sos el mensajero
del
alma del arrabal;
no sé
qué encanto fatal
tiene
tu nota sentida,
que la mistonga guarida
del corazón se me ensancha,
como pidiéndole cancha
al dolor que hay en mi vida.”
… y que aquí podremos escuchar en la voz de su autor.
Enrique P. Maroni - "Apología del tango"
Y eso sin olvidar la “Apología
tanguera” escrita por Enrique Cadícamo, que musicalizó y cantó como ninguna
Rosita Quiroga con el acompañamiento del trío de Ciriaco Ortíz.
"La novia de Frankenstein" (1935) Dirigida por James Whale
Actores: Boris Karloff y Elsa Lanchester
En la novela de Mary Shelley, "Frankenstein" (escrita en 1816), en el capítulo XVII, cuando la Criatura le pide a su creador que le 'haga' una novia,
lo hace con estas palabras: Estoy terriblemente solo, nadie quiere compartir
mi vida; es imposible que nos separemos sin que prometáis concederme lo que os
pida. Sólo una mujer tan monstruosa y deforme como yo estaría dispuesta a
concederme su amor; una mujer que fuera en todo semejante a mí, que poseyera
incluso mis defectos.
Si aceptáis otorgarme lo que os
suplico, nunca, ni vos ni cualquier otro ser humano, volveréis a verme. Me
estableceré en las enormes tierras deshabitadas de América del Sur.
O sea
que, si doscientos años atrásla Criatura
a la que solemos llamar Frankenstein le echó el ojo a la Patagonia, bien pudo
haber cantado estos versos:
“FRANKENSTEIN”
(tango)
Entre el horror y el espanto
hago de mi grito un canto:
Mi drama es no tener madre
y ser engendro de un padre
que ahora reniega de mí,
y aunque sin nacer nací
sin tener siquiera un nombre
soy sólo un remedo de hombre,
un muñeco desdichado,
y si fui galvanizado
por mi padre Frankenstein,
en tangótico vaivén,
hoy lo que más me subleva
es ser un Adán sin Eva,
tener prohibido el nosotros
y ver amarse a los otros.
¡Ver cómo comen perdices
y yo con mis cicatrices!
Es por mi figura horrible
que nunca seré querible;
y hago de mi grito un canto
entre el horror y el espanto:
Mi drama es no tener madre.
¡Compadre!
"FRANKENSTEIN"
- Letra: Luis Alposta - Música: Acho Estol La Chicana
- Canta: Dolores Solá
"DEL DIARIO DE VICTOR FRANKENSTEIN" -
Letra: Luis Alposta - Música: Acho Estol por La Chicana - Canta: Dolores Solá