La palabra trucho significa apócrifo, falso, algo imitado con intención de engaño, que, por lo general, resulta falto de calidad. Y es, también, algo clandestino,
ilegal.
Se llama así
a cualquier objeto o cosa falsa o de mala procedencia. Al automóvil, por ejemplo,
generalmente de alquiler, sin documentación o con documentación falsa. Hay relojes
truchos; ropa trucha; jubilaciones truchas.
En lo que respecta
al posible origen de este término, es muy probable que provenga del verbo 'entruchar', que según el Diccionario de la Real Academia Española significa atraer a uno con disimulo y engaño, usando de artificios para meterle
en un negocio. Algo que la imaginación del pueblo ha comparado a los artificios
que se emplean para pescar truchas. Sería, entonces, un verbo de formación análoga
a la de 'engatusar'. Y de entruchar se pasa a entruchada, como cosa hecha por confabulación
de algunos con engaño o malicia. La raíz común en todos estos casos estaría en el
engaño.
La primera vez que escuché la palabra
trucho fue a mediados de la década del
70. Un cambista amigo la utilizaba entonces para referirse a los
dólares falsos.
Después, entre
nuevas falsedades, lo trucho fue dejando atrás a la vieja mula, al perro y al fatigado
gato por liebre, hasta llegar al colmo
de tener su propio representante en el parlamento. Fue cuando hizo su aparición
en el Congreso el diputrucho.
"Camouflage" - tango - Música: Enrique Mario Francini - Letra: José García
Orq. de Francini - Pontier - Canta: Raúl Berón