Junto a términos crípticos ayer
y hoy reconocidos y comprendidos por todos, surgen nuevas palabras y expresiones
destinadas, algunas, a quedar instaladas en el habla cotidiana de los argentinos.
Por eso, se podría afirmar que el lunfardo es un repertorio de voces en permanente
cambio y extensión.
Muchas de estas voces provienen de grupos que, en un proceso
de integración, se definen por gustos e intereses compartidos: el rock, la cumbia,
los deportes, la droga, el psicoanálisis, internet… la calle. Voces y expresiones,
que buscan no sólo una definición, sino, también, sintetizar una visión del mundo.
La propia. Voces y expresiones que sólo nacen cuando quien habla no encuentra una
mejor forma para expresarse.
Un repertorio de voces que comienza con un uso restringido
a determinados ámbitos sociales y que, no pocas veces, por un fenómeno de nivelación
y de trasvase lingüístico termina proyectándose a sectores más amplios de la población.
Como decía Crátilo, "todo fluye"... pibe, laburo, macana, otario, bagayo, trucho, mersa, bulín, chamuyo... y muchísimas más.
Como decía Crátilo, "todo fluye"... pibe, laburo, macana, otario, bagayo, trucho, mersa, bulín, chamuyo... y muchísimas más.
De lo que sí hay que
preocuparse, es de la falta de sintaxis; de los errores que se cometen con las
"articulaciones" del idioma.
Lo que mata es eso. Eso que
se llama solecismo: error gramatical que consiste en alterar el orden sintáctico correcto de los elementos de una frase. Lo demás... 'agranda el idioma'.
"El ciruja" tango - Letra: Francisco Alfredo Marino - Música: Ernesto de la Cruz
Canta Edmundo Rivero