* Como fue el de Telémaco - En la Odisea (17.541-550), cuando Penélope oyó que su esposo Ulises podía estar vivo, dijo que él y su hijo podrían
finalmente castigar a los pretendientes. En ese momento, su hijo estornudó
fuertemente, y Penélope rió, llena de felicidad, ya que lo consideró una señal
de los dioses.
Pero... ¡como el del Universo, al que llamamos Big Bang, no hubo otro!
La
palabra piropo viene del latín pyropus,
que significa “rojo fuego” y los romanos la tomaron del griego para clasificar
piedras preciosas de color rojo como el granate.
Quienes no podían regalar
estas piedras a una mujer, recurrían entonces a regalarle lindas palabras
elogiando su belleza; y así fue como nació la costumbre de lanzar piropos. Un
piropo es como regalarle a una bella mujer un rubí.
Otra teoría, en cuanto al
significado original de la palabra pyropus,
introduce una pequeña variante y nos dice que significa “fuego en la cara”.
Sea cual fuere el origen, está
claro que el piropo se utiliza a menudo como un arma de seducción, una lisonja,
un requiebro, que provoca con frecuencia el sonrojo de la persona a la que va
dirigido.
Pero ahora hay una ley dispone castigar al piropeador multándolo por "acoso callejero". Y a propósito:
La historia vuelve a repetirse…(por las dudas omito aquí lo de:mi
muñequita dulce y rubia)
En 1906, más precisamenteel 28 de diciembre de ese año, el entonces jefe de policía Ramón Falcón hizo circular una ordenanza advirtiendo
“que nadie sea molestado ni provocado con ademanes o palabras que infieran
ofensas al pudor”. El acoso verbal, incluyendo los piropos, ya entonces era motivo de
multa (50 pesos).
La finalidad de esta ordenanza
era proteger a las señoras y niñas de los que “les eyaculan palabras al oído”,
como escribió Oliverio Girondo.
Y fue así como nació el tango
“Cuidado con los 50”,
de Ángel Villoldo, que esgrime advertencias a los acosadores callejeros:
¡CUIDADO CON LOS 50!
Una ordenanza sobre la moral
decretó la dirección policial
Ángel Villoldo
y por la que el hombre se debe
abstener
decir palabras dulces a una
mujer.
Cuando una hermosa veamos
venir
ni un piropo le podemos decir
y no habrá más que mirarla y
callar
si apreciamos la libertad.
¡Caray!… ¡No sé
por qué prohibir al hombre
que le diga un piropo a una
mujer!
¡Chitón!… ¡No hablar,
porque al que se propase
cincuenta le harán pagar!
Y al final aclara:
-Yo, por mi parte, cuando
alguna vea, por linda que sea, nada le diré.
"Cuidado con los 50"
Grab. en 1907 por Flora Rodríguez y Alfredo E. Gobbi
"SI SOY ASÍ" - tango de Francisco Lomuto y Antonio Botta - Canta Hugo Del Carril