jueves, 28 de agosto de 2014

ACERCA DE ¡CHAU PINELA!

Acuarela de Alvaro Saralegui Rosé
      Es sabido que el pueblo, colectivamente, no puede crear lunfardismos, ni voces, ni expresiones populares. Es necesario que alguien sea el creador, que alguien sea el primero. Conocer la partida de nacimiento de estas voces y expresiones y las circunstancias en que han sido creadas, es, por lo general, imposible. Aunque a veces, el hecho originario puede hacerse anecdótico y ser recogido, como, por ejemplo, en este caso.
            Nos contaba el Dr. Enrique Burone Risso que, en San Fernando, a principios del siglo pasado, un importante punto de reunión lo constituía la confitería de don Emilio Frugone. Ubicada a escasos cincuenta metros de la Iglesia Catedral, los domingos, después de la misa de once, concurrían allí los vecinos a comprar los exquisitos postres que dieron fama al establecimiento. La confitería pasó a ser, además, un lugar de tertulias.
            Uno de los habitués a dichas reuniones dominicales era don Ángel Pineda, gran amigo de todos, quien al despedirse al filo del mediodía, después de haber gustado algún aperitivo o bebida de la época, dirigiéndose al dueño del local le preguntaba con la cortesía que lo caracterizaba: ¿Qué le debo don Emilio? A lo que éste, encontrándose atareado con la preparación de los pedidos, invariablemente le respondía con un simpático y cariñoso -¡Chau Pineda!, queriéndole significar con ello que, debido al enorme trabajo de ese momento, el cobro de lo consumido lo dejaba para otra ocasión. Y así, con el tiempo, la frase se fue difundiendo, hasta transformarse en ¡Chau Pinela!, una expresión popular que quiere decir: -¡Ya está, sanseacabó! Expresión usada, generalmente, para poner término a una discusión.

¡Chau Pinela! - tango - Letra y música de Humberto Castiglioni
Grabado por el sexteto de Carlos Di Sarli con la voz de Ernesto Famá (1930)

jueves, 21 de agosto de 2014

ACERCA DE VICENTE GRECO Y LA ORQUESTA TÍPICA

Vicente Greco
 La familia de los Greco vivía en el famoso conventillo El Sarandí, que estaba situado en el 1356 de la calle del mismo nombre. Allí vivían también, en la pieza número 15, la legendaria pareja de “la Moreira” y “el Cívico”. A ese domicilio solían concurrir, para escuchar el fueye de Vicente, nada menos que Evaristo Carriego, Roberto J. Payró y el Dr. José Ingenieros.
            Vicente Greco, “Garrote”, uno de los valores más jóvenes y más talentosos de su generación, quien a los doce años de edad actuaba ya como ejecutante profesional, fue músico, bandoneonista, director y autor de recordados tangos, tales como El flete, Racing Club, La viruta y Ojos negros, entre otros muchos.
Vicente Greco y su Orquesta Típica Criolla
            Digamos ahora que ha sido él, en 1911, quien al ser requerido por la Casa Tagini para grabar sus tangos, adoptó la feliz denominación de Orquesta Típica Criolla, la que pasó a ser al poco tiempo Orquesta Típica a secas.
            Y digo feliz denominación, porque fue a partir de entonces y hasta la fecha, que bajo este rótulo se diferencian perfectamente los conjuntos de tango, de todos aquellos que interpretan repertorios populares de otros géneros. En síntesis, Orquesta Típica, un sello de identidad que, nuestra música popular debe agradecerle a Vicente Greco, además de sus inolvidables tangos.

"Pulmonía doble" - tango de Juan Abate - Por la Orquesta Típica Criolla de Vicente Grecco
Figuran aquí 19 grabaciones de Grecco y su Orq.

jueves, 14 de agosto de 2014

Acerca del bichito de luz perdido en la neblina

     
       H
ay palabras que, al ser escuchadas sin prestar la debida atención, quedan mal registradas en nuestra memoria. El hecho de que sean vocablos que pocas veces se ven escritos contribuye en buena medida a esos errores fonéticos.
            Así la palabra vidorra, que significa vida regalada, cómoda y fácil, es oída y registrada con igual significado como vidurria; aspaviento, término con prosapia latina que quiere decir demostración excesiva o afectada de espanto, admiración o sentimiento, escuchada a la ligera se transforma en espamento y un tipo aspaventoso pasa a ser un espamentoso. Y están también aquellos que, no obstante escuchar cada tanto la palabra comisaría, se empeñan en decir comisería, sin detenerse a pensar, seriamente, que, en este caso, un comisario tendría que pasar a ser un comiserio.
            Tuco, del quichua tucu, brillante, denomina al insecto luminoso como el cocuyo, pero con la fuente de luz en el abdomen, o sea, el bichito de luz. Y un bichito de luz, o sea un tuco, perdido en la neblina, si bien tiene sentido, bien (también) lo puede perder cuando decimos como turco en la neblina

Otra versión:  la frase en cuestión es producto de una serie de cambios y derivaciones que comienzan cuando en España se llamó turca a la borrachera. De allí viene "agarrarse una turca", emborracharse. Y ¿quién puede hallarse más confundido que un borracho que se pierde en la niebla? 
El pasaje de ‘con la turca’ a ‘como turco’ lo realizó espontáneamente el uso popular. 
Y así el turco, aunque haya estado sobrio, entró en el dicho y en la neblina, dando lugar a una pintoresca expresión que vale para cualquiera que ande muy desorientado.


"Bichito de luz" - Abel García

jueves, 7 de agosto de 2014

ACERCA DEL VERBO LLENAR

Llenar es verbo transitivo que significa ocupar un espacio con algo, para lo cual siempre harán falta dos cosas: algo para llenar y algo con qué llenar.
Si se trata de una copa, lo único que se requerirá para poder llenarla, además de tener con qué, será que ésta se encuentre medio vacía, vacía del todo o medio llena. Y esto último sin tener en cuenta que, los porteños, muchas veces, al decir medio, queremos significar lo contrario. Como cuando decimos que fulano es medio tránsfuga y con eso estamos dando a entender que es tránsfuga del todo.
Pero volviendo al verbo que nos ocupa, digamos que uno puede estar lleno, tanto por haber comido en demasía como por haber tenido que soportar a un pelmazo, a un fastidioso, a un hincha, a un cargoso, a un molesto, a un plomo o a un inoportuno que termina por "llenarnos" la paciencia o determinadas partes del cuerpo.
El verbo en cuestión puede, también, llevarnos a la cuestión de "llenar": llenar la canasta o llenar la cocina de humo, dejar encinta a una mujer; o llenar una cara de dedos, cachetear a alguien.
Y por último, digamos que también lo conjugan quienes se llenan la boca hablando sobre ellos mismos, algo que es de tan mala educación como el hablar con la boca llena y tan inoportuno como el estar jugando a la lotería y cantar ¡cartón lleno!

De "CIEN VECES NO DEBO" - Película Argentina del año 1990 - Actores Principales: Luis Brandoni, Norma Aleandro, Andrea Del Boca, Dario Grandinetti y Federico Luppi - Director: Alejandro Doria - Basada en la obra teatral de Ricardo Talesnik