jueves, 25 de abril de 2013

ACERCA DEL PIROPO

El piropo - de Poupée Tessio

            La palabra piropo viene del latín pyropus, que significa “rojo fuego” y los romanos la tomaron del griego para clasificar piedras preciosas de color rojo como el granate.    
            Quienes no podían regalar estas piedras a una mujer, recurrían entonces a regalarle lindas palabras elogiando su belleza; y fue así como nació la costumbre de lanzar piropos. Un piropo es como regalarle a una bella mujer un rubí.
Otra teoría, en cuanto al significado original de la palabra pyropus, introduce una pequeña variante y nos dice que significa “fuego en la cara”.
            Sea cual fuere el origen, está claro que el piropo se utiliza a menudo como un arma de seducción, una lisonja, un requiebro, que provoca con frecuencia el sonrojo de la persona a la que va dirigido.
Y aquí el recuerdo de Saramaría Duhart, nacida para la poesía. Una poeta que amó entrañablemente a Buenos Aires.
Cuando le pedí unos versos para incluirlos en mi Antología del Soneto lunfardo, me hizo llegar este:

EL PIROPEADOR
 
La junaba detrás de la ventana,
la veía pasar pilchas al viento,
le decía un piropo cachaciento
y seguía pitando con más gana.

Ella daba la vuelta a la manzana
y volvía a pasar con desaliento
esperando que el punto en el momento
le saliese al encuentro como un rana.

Mas seguía pasando sin victoria,
porque el tipo era amante de la gloria
de esconder su figura descosida;

pues la calle era el único testigo
de este amor inocente y enemigo...
Y el piropo duró toda la vida.

                             Saramaría Duhart

                                    "Si soy así" - Tango de Francisco Lomuto y Antonio Botta
                                     Canta Hugo del Carril - escena de la película "A media luz"


jueves, 18 de abril de 2013

ACERCA DE LAS COSAS QUE SE PICAN


Entre las muchas cosas que se pueden picar, figuran las frutas, el vino, los dientes y las cañerías. También decimos que el mar está picado, que los fueyes están picados; que puede uno, a causa de alguna palabra o acción ofensiva quedar picado; que el que toma una copa de más anda picado; que no se necesita más que un par de amigos y una pelota para armar flor de picado; que el tigre Millán estaba picado de viruela; que algunos, en más de una oportunidad, han tirado papel picado, y que todos, sin excepción, más de una vez, hemos sido picados por la curiosidad.
Tanto puede picar la ropa de lana y el sol como los mosquitos, y además, puede picar un pez, puede picar el bagre, se puede picar el anzuelo acudiendo uno a un engaño o cayendo en él, se puede picar carne y, pretendiendo algo superior a nuestros méritos, se puede picar alto.
            Dentro de las distintas formas de caída está la de venirse en picada, y de una picada tanto se puede participar sentándose a una mesa como sentándose en un automóvil.
Picarse es inyectarse droga, y picárselas es rajar, volar, piantar, tomárselas.
Y volviendo al principio, recordemos que también se pican los boletos.

                            "El Tigre Millán" - tango - Letra y música de Francisco Canaro
                                            Orq. de Juan D'Arienzo - Canta Alberto Echagüe 

jueves, 11 de abril de 2013

ACERCA DE LA PALABRA CHABÓN


Al atender el teléfono y decir ¡hola!, o al utilizar este término para saludar, estamos recurriendo a una palabra de origen árabe, wa-allah, que significa ¡por Dios!, dicho esto en forma exclamativa. Y es común que al ¡hola!, a secas y a manera de saludo, le agreguemos el ¿qué tal?, el ¿cómo estás? o el ¿qué hacés? Entre la juventud, a fines de la década del sesenta, el ¡hola! incorporó al loco y todo pasó a ser ¡hola loco! o ¿qué hacés loco? Después llegaría el tiempo del flaco y algo más tarde el del boludo. Y así fue como loco, flaco y boludo no sólo pasaron a ser fórmulas de tratamiento sino también sinónimos de hombre y de mujer, preferentemente jóvenes. 


Ahora, y desde hace ya algún tiempo, le llegó el turno al chabón. El origen de esta palabra lo encontramos en la voz chambier, del francés antiguo, que significa cambiar, y que pasó al español familiar como chamba, que quiere decir chiripa, acierto casual, y que también se utiliza para designar al hombre torpe en el juego. Y el aumentativo de chamba es chambón, alguien de escasa habilidad para algo. Y chambón devino en chabón, un término que, desde mediados de la década del ochenta.es utilizado por los jóvenes como fórmula de tratamiento y que, dicho al revés, le da cabida al boncha.

"En un feca" - de autor anónimo
Canta Edmundo Rivero

jueves, 4 de abril de 2013

ACERCA DE LO OBSOLETO


      Obsoleto viene del latín y significa anticuado, caído en desuso, inadecuado en las circunstancias actuales.
            Enrique Silberstein solía recordarnos que el concepto de obsoleto y de obsolescencia adquiere su importancia mayor en el terreno de lo económico. Y no precisamente desde el punto de vista de las cosas materiales, sino desde el punto de vista mental. La cosa material obsoleta se cambia, desaparece; en cambio la mentalidad obsoleta supervive, se mantiene y se aferra. Y si se busca el desarrollo económico renovando sólo lo material obsoleto sin tocar lo mental obsoleto, entonces todo no pasará de ser un mal chiste, un continuo gastar guita inútilmente y un pasar de la desesperanza al hastío.

            Este soneto lo escribí en septiembre de 1975.
             Y, como diría Borges, esbozo conjeturas.

                                            SONETO CON BRONCA
  
Veo un país con palidez de anemia
en manos de malandras y de giles.
Y veo en él también otros perfiles
haciendo alarde de la esquizofrenia.

Veo un país con hombres agotados,
donde el que no labura es el que grita.
Un país que tan sólo habla de guita,
de ministros de turno y negociados.

Veo un país de prodes* y quinielas,
de inútiles discursos y novelas.
Un país que es consciente de su hastío.

Y es por eso que hoy ando rechiflado.
Yo te hablé de un país que está pinchado,
y ese pobre país -viejo- es el mío.

Luis Alposta

*PRODE era la sigla de las palabras Pronósticos Deportivos. Se jugaba en una boleta con 13 partidos en los que había que arriesgar por el triunfo del local o del visitante, o por el empate.

"Soneto con bronca" Canta Walter Yonsky
Letra: Luis Alposta - Música: Carlos A. Erostarbe