domingo, 30 de octubre de 2022

5 TANGOS GÓTICOS

 

                                                        Tangóticos

     En lo que respecta a la literatura, se conoce como narrativa gótica al género literario donde se entremezclan terror y oscuridad. Se cree que la primera novela de este género fue «El castillo de Otranto» de Horace Walpole, publicada por primera vez a mediados del siglo XVIII.

         En términos estrictos, el Gótico se extendió desde 1765 hasta 1820 aproximadamente, aunque casi todos los autores del Romanticismo del siglo XIX volvieron su mirada hacia él, inspirando algunas de sus obras más famosas, tales como Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley (1818), El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson (1886) y Drácula, de Bram Stoker (1897),  quien ha  convertido a su protagonista en el vampiro  más famoso.  

         El mito de Jack el Destripador ha sido el concepto central de varias obras literarias, artísticas y cinematográficas: Jack the ripper, nombre dado a un asesino serial no identificado (Londres, 1888). 

         Y ahora... 5 tangóticos que vienen a cuento: 

                                   Introducción

                                   "... Que te sacarán los ojos"  


1)  “DEL DIARIO DE VÍCTOR FRANKENSTEIN”

    "Escribo esto en una siniestra noche en que mi obra ya está lista y mi sueño ha perdido todo atractivo. Una repulsión invencible se apodera de mí." 
                                                                    (“Frankenstein”, de Mary Shelley) 

En la bulliciosa calma
 de un mundo que ahora es mi celda
se escucha un trueno que suelda
la tierra con lo infinito.
Luego el viento como un grito,
como un divino reproche,
pone a la calma su broche
y anuncia la tempestad
vejando a la claridad
que se enluta con la noche.

Dejo constancia en mi diario
que en éste, mi consultorio,
que ahora es un laboratorio,
hecho de humanos despojos
acaba de abrir sus ojos
quien con tan shiome figura
nació de una sepultura.
Mi nombre no le daré.
De aquí en más lo llamaré:
¡La Criatura!

Letra: Luis Alposta - Música: Acho Estol - Canta: Dolores Solá

2)  "Frankenstein"

    "Si aceptáis otorgarme lo que os suplico, nunca, ni vos ni cualquier otro ser humano, volveréis a verme. Me estableceré en las enormes tierras deshabitadas de América del Sur."
                                                             (“Frankenstein”, de Mary Shelley - cap. XVII)

Entre el horror y el espanto
hago de mi grito un canto:
Mi drama es no tener madre
y ser engendro de un padre
que ahora reniega de mí,
y aunque sin nacer nací
sin tener siquiera un nombre
soy sólo un remedo de hombre,
un muñeco desdichado,
y si fui galvanizado
por mi padre Frankenstéin,
en tangótico vaivén,
hoy lo que más me subleva
es ser un Adán sin Eva,
tener prohibido el nosotros
y ver amarse a los otros.
¡Ver cómo comen perdices
y yo con mis cicatrices!
Es por mi figura horrible
que nunca seré querible;
y hago de mi grito un canto
entre el horror y el espanto:
Mi drama es no tener madre.
¡Compadre!

Letra: Luis Alposta - Música: Acho Estol - Canta: Dolores Solá

3) “EL EXTRAÑO CASO”

Entre alambiques juntó experiencia
y halló el brebaje del bien y el mal.
Hoy a babuchas de su conciencia 
va el homo sapiens y el animal.

Ya no es el mismo su consultorio.
Ya no hay pacientes que visitar.
Ahora es adicto al laboratorio  
y hay un cadáver en el placard.

Su yo y su sombra se han separado.
Es el galeno o el depravado.
     Son los dos puntos que lleva adentro

sin darse bola y ese es el guay.
Y en la constante del desencuentro
va el doctor Jekyll con mister Hyde.

  Letra: Luis Alposta - Música: Daniel Melingo - Canta: Melingo

4)  “TANGO DEL VAMPIRO”

Escucho a un fueye que me asegura
    que ya es de noche y es noche oscura.
  Hoy su rezongo suena a sirena
       que está anunciando que hay luna llena. 
Este es el tango que con voz ronca
    le canto a Lucy al salir del jonca.
  ¡Lucy! ¡Mi Lucy! Que no hay collares 
  con que se oculten tus yugulares.
    Desde hace siglos no siento el hambre
  y hoy sólo quiero beber tu sangre.

¡Conde! ¡Mi Conde!
¡Mi amor prohibido!
Ya desde el día en que la has bebido
mi sangre toda te corresponde.
Si me has herido,
mi flor de anemia
no es esta noche lo que me apremia,
sino la llama que has encendido.
Si algo me quieres,
sólo por eso,
abre la boca con que me hieres
y hoy dame un beso.

El mismo fueye, como si hablara,
     me está diciendo que es noche clara.
   Ya no es rezongo, ni es la guadaña.
Ni es esa historia de Transilvania.
  Este es el tango con voz quebrada
    que ahora le canto a mi enamorada. 
   ¡Pero carajo!... ¡Pero carajo!...
                 ¡Quién trajo el ajo!... ¡¡¡Quién trajo el ajo!!!...
¡Tan justo ahora, que sin collares
Lucy me muestra sus yugulares!

 Letra: Luis Alposta - Música: Daniel Melingo - Cantan: Melingo y Fabiana Cantilo

5)  “JACK THE RIPPER”

Soy fino, pulcro y muy ordenado.
   Visto de oscuro y salgo los martes.
Sólo Picasso me ha interpretado:
        yo a las mujeres las quiero en partes. 

Mi gran orgullo es mi maestría
(que no se dio por casualidad ).
Yo fui ayudante de anatomía.
¡Lo mejorcito en la Facultad!

Por lo que sigue no se me asuste.
Soy Jack the Ripper pa´ lo que guste.
Ya pasó un siglo y de cuando en cuando

si vuelvo al yeite de destripar,
es porque busco seguir zafando
y hacerle un corte a la Scotland Yard.

  Letra: Luis Alposta - Música: Daniel Melingo - Canta: Melingo



jueves, 27 de octubre de 2022

ACERCA DEL DR. LELOIR, EL TANGO Y LA SALSA GOLF


Edmundo Rivero, Juan Manuel Fangio,
Luis Federico Leloir y  René Favaloro
El Dr. Luis Federico Leloir (París, 6 de septiembre de 1906 - 2 de diciembre de 1987), galardonado con el premio Nobel de Química en 1970 por sus estudios sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, entró a este mundo por París, al igual que el Dr. y tangólogo Luis Adolfo Sierra y Alfredo Gobbi, el violín romántico del tango.
Lo conocí en 1956 en la Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de Buenos Aires.
Muchos años después tuve el honor de que prologase mi libro "El Lunfardo y el Tango en la Medicina" (Ed. Torres Agüero, Buenos Aires, 1986), donde comienza diciendo que “las exigencias de la vida de un científico pocas veces le permiten salir de su habitat y excursionar en campos de actividades diferentes.” Y un agradable escape de su “habitat”, según sus propias palabras, ocurrió el 26 de septiembre de 1985 cuando concurrió, invitado por Edmundo Rivero, a recibir el premio Pedro de Mendoza que otorgaba “El Viejo Almacén”.
Y ya que hablamos de excursionar en “campos” diferentes, recordemos cuando lo hizo en un campo de golf:
El Dr. Leloir, a mediados de la década del veinte, entonces estudiante de medicina, solía frecuentar con sus amigos durante sus vacaciones, el restaurante del Club del Golf de Playa Grande, en Mar del Plata, donde el plato preferido eran los langostinos.
Con el Dr. Leloir en el Museo de la Caricatura
 "Severo Vaccaro"
 17 / VI / 1986
            Cansado de comerlos siempre con mayonesa, un buen día decidió hacer un experimento y probó los langostinos con mayonesa mezclada con salsa ketchup.
            La mezcla daba lugar a una salsa color salmón que fue calificada como deliciosa por sus compañeros de mesa.
            Un buen día, contento con su descubrimiento culinario, encaró al chef y le pidió que la preparara él mismo. Los dueños del restaurante prepararon en cantidad el nuevo aderezo que recibió el nombre de Salsa Club del Golf, luego más conocida como Salsa Golf.
    Alguna vez se lamentó de no haberla patentado: -"Hoy tendríamos más medios para investigar", dijo. 


            Una anécdota: 
                                    Un día me contó que al ver que su mujer echaba una aspirina al agua de las flores para que duren más, compró dos ramos iguales y sólo usó aspirina en el agua de uno de ellos. Se secaron al mismo tiempo. "¿Ves, Amelia? La ciencia acaba de derribar una verdad universal", le dijo.



jueves, 20 de octubre de 2022

SÉPTIMA Y DÉCIMA "ASONETADAS"


LA MUERTE Y EL AJEDREZ (séptima)

            “…QUE TE SACARÁN LOS OJOS” (décima)




 

domingo, 16 de octubre de 2022

EN EL DÍA DE LA MADRE

    El querido "Negro" Roberto Peregrino Salcedo, el que le escribía los libretos a Minguito, fue quien, dándole papel y lápiz al poeta, nos dejó estos versos:

mi mamá me ama



El bacán sesentón piantó pal “shopping”
y compró pa´ su vieja un buen regalo.
Lo garpó muy campante porque al toque,
firmó con su “Mont Blanc” un checonato.

Pensó un saludo pa´ fletar de raje
directo al corazón, el de su madre,
minga de “Fax”, “E-Mail”, o de “Internet”
sino por mano propia, vía sangre.

Esperaba el chamuyo de su cuore
pa´ su tarjeta personal, bacana.
El Rolex de oro le morfó las horas,
y el mensaje filial se le negaba.

Rechiflao por la espera dijo “planto”,
y compró: sacapuntas, blando lápiz,
y un cuadernito de colgar palotes,
cuadriculao, como en el tiempo de antes.

Con bastoncitos ensayó la “m”,
redondeles y ganchos pa´ la “a”
y así temblando iluminó llorando,
la frase más papusa: “mi mamá”.

Con escritura ingenua, la de antaño,
dio testimonio de su amor primero,
orando la plegaria candorosa
que encendía las hojas del cuaderno,

mi mamá me ama
mi mamá me ama
mi mamá me ama

Amuró el Faber, encendió un cigarro.
Peló su lapicera y satisfecho,
escribió con su letra ejecutiva:

Vieja, todo está igual,
no cambió nada:
Yo amo a mi mamá,
y mi mamá me ama.

           "BONJOUR MAMÁ" -CANCIÓN DE FRANCISCO BARROSO - ALBERTO MASTRA
CANTA EDMUNDO RIVERO


"MADRE HAY UNA SOLA" - Tango de José de la Vega y Agustín Bardi
Orq. Florindo Sassone - Canta: Jorge Casal