Pinturas de hace más de 3.000
años muestran que el abanico hecho con plumas de ave u hojas de palmera, ya era
conocido en Egipto. Lo que se ignora es cómo llegó a Japón, y lo que sí se sabe
es que fue perfeccionado en este país, y que en su forma plegable llegó después
a China. Más tarde, los portugueses lo introdujeron en Europa, donde se
difundió y arraigo su uso rápidamente.

- Apoyar el abanico en los labios
por su parte inferior, significaba: Peligro,
hay gente alrededor.
-Cubrirse con él, parte del
rostro: nos vigilan.
- Pasarlo por la frente: no me olvides.
- Pasarlo por la frente: no me olvides.
-Tocarse el pelo con él: me acuerdo de vos.
- Pasar un dedo por las varillas o abrir sólo tres de ellas: te quiero cada día más.
-Abanico cerrado y suspendido en la mano izquierda: estoy comprometida.
- En la mano derecha: no estoy comprometida.
-Dejarlo caer: soy tuya.
-Cerrarlo precipitadamente: estoy celosa.
-Golpear un objeto con el abanico: estoy impaciente.
- Pasar un dedo por las varillas o abrir sólo tres de ellas: te quiero cada día más.
-Abanico cerrado y suspendido en la mano izquierda: estoy comprometida.
- En la mano derecha: no estoy comprometida.
-Dejarlo caer: soy tuya.
-Cerrarlo precipitadamente: estoy celosa.
-Golpear un objeto con el abanico: estoy impaciente.
-Y asomarse al balcón
abanicándose: esperá, que ahora bajo.
Entre nosotros, también en el
lenguaje de los enamorados, pero en el de los enamorados de lo ajeno, abanico pasó a ser sinónimo de puerta,
ventana, soplón y, preferentemente, policía, dado que el despliegue de la tropa
policial en acción, por lo general, remeda la forma de un abanico abierto.
Despliegue de abanicos: "Locomía"