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Con Aníbal de Antón - San Pedro, sábado 24 de octubre de 1981 |
Aníbal de Antón fue un “espía de Dios” que cumplió su destino
en San Pedro, ciudad en la que nació y murió, dejándole una calle con su nombre.
Los temas de su poesía, síntesis toda ella de emoción y de vida, han dado siempre en el blanco de los eternos
cuestionamientos. Cuestionamientos expresados en forma simple, tal cual la misma
vida se desenvuelve.
Sonetos tan redondos como la luna; poemas, todos,
que han sido escritos por nuestro amigo con la caligrafía íntima de sus propias
vivencias.
Aníbal de Antón fue un lírico incorregible,
que sin dejar de lado la prédica social, nos habló con sencillez y humor de sus
ilusiones y sus penas; de sus sueños y sus fracasos; en síntesis, nos habló de la
vida y del transcurrir del tiempo, de ese tiempo que repta indiferente y que nos
gasta:
“El
tiempo, ¡viejo jíbaro! ¿con qué ácidos extraños
el
cuerpo nos achica y nos arruga el cuero?
Encogidos
nos deja la lluvia de los años
como
al traje ordinario el primer aguacero.”
Siempre recordaré la feliz circunstancia que me ha llevado a
conocerlo. Fue el 21 de octubre de 1979, en el Hotel de Turismo de San Pedro, donde
ambos participamos en una mesa redonda sobre el humor. Fuimos presentados por un
amigo y sin dilación alguna pasamos
del “mucho gusto” a la “amistad”. Una amistad que fue creciendo en el tiempo y que
se prolongó hasta el día en que cambió de barrio.
Hoy lo recuerdo como a uno de los pocos hombres que han suscitado
en mí una auténtica admiración y respeto.
Poiesis, es la que nos ofrece Aníbal en todos y cada uno de sus
poemas. Lirismo ciento por ciento, y con valor agregado: ternura y nostalgia. Una
calidad de nostalgia que nos recuerda al viejo álbum familiar.
Leer
sus poemas es retornar a un tiempo en que caminar por San Pedro y verlo a él era
una fiesta.
De su libro "AIRE DE FUEYE"
LLORANDO POR PICHUCO
...............................
Hoy estarás sentado
a la diestra de Dios;
y el Padre Eterno mirará entristecido,
tus rodillas vacías...
Y el pobrecito fueye,
allá, lejos, muy lejos,
despojado de duende,
descarnado de luna, disecado de vino,
gemirá (viento espeso de recuerdos):
¡Padre mío! ¿Por qué
me has abandonado...?
"Inspiración" - tango de Peregrino Paulos (h.)
Orquesta de Aníbal Troilo