Si bien Samuel Mallo López ha sido, ante todo, un reconocido y talentoso pintor, hoy quiero resaltar lo que ha sido también como dibujante y retratista. Me refiero, en particular, a los retratos que le “mangué” una tarde de verano de 1975.Los de los 28 patronos de la Academia Porteña del Lunfardo
He visto cómo Mallo López los “dibujaba”. Ninguno
de estos retratos le demandó más de cinco minutos. No necesitó más que tinta
china en barra , un poco de agua y, en lugar del pincel, "una
torunda".
Cuando
los terminó, los hice enmarcar y en agradecimiento y homenaje, durante una
semana fueron expuestos en las vidrieras de la Casa Escasany (esquina de
Perú y Rivadavia), en la que, por entonces, funcionaban las oficinas de la
Empresa Nacional de Telecomunicaciones.
Aquí en la Boca, entre los escalopes,
el salamín, el vino y el gruyere,
ensayo este soneto, o lo que fuere,
pensando en el amigo Mallo López.
Con su arte y su talento, nunca
al bardo,
laburando con miga* o con grafito,
él te hace un bailarín o un compadrito
dejándolo perplejo al más lunfardo.
Y ya que es noche de amistades
lungas
(sin entrar en parolas y sandungas),
en esta mesa de olvidados platos
donde el churrasco es duro y blando
el gesto,
los lunfas te decimos sólo esto:
¡Gracias viejo Samuel por tus retratos!
* Realizaba pequeñas esculturas con miga de pan, a las que llamaba "migacotas"- (tengo algunas)
Tiempo después, dejó el pincel por un rato, tomó la lapicera y me
dedicó este soneto:
"Recuerdo" - tango de Osvaldo Pugliese - Escena de la película "Tango" de Carlos Saura
Juan Carlos Copes y Lorena Yacono