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El piropo - de Poupée Tessio |
La palabra piropo viene del latín pyropus, que significa “rojo fuego” y los romanos la tomaron del griego para
clasificar piedras preciosas de color rojo como el granate.
Quienes
no podían regalar estas piedras a una mujer, recurrían entonces a regalarle
lindas palabras elogiando su belleza; y fue así como nació la costumbre de
lanzar piropos. Un piropo es como regalarle a una bella mujer un rubí.
Otra teoría, en
cuanto al significado original de la palabra pyropus, introduce una pequeña variante y nos dice que significa
“fuego en la cara”.
Sea cual fuere el origen, está claro que el piropo se
utiliza a menudo como un arma de seducción, una lisonja, un requiebro, que
provoca con frecuencia el sonrojo de la persona a la que va dirigido.
Y aquí el
recuerdo de Saramaría Duhart, nacida para la poesía. Una poeta que amó
entrañablemente a Buenos Aires.
Cuando le pedí unos
versos para incluirlos en mi Antología del Soneto lunfardo, me hizo llegar
este:
EL PIROPEADOR
La junaba detrás de la ventana,
la veía pasar pilchas al viento,
le decía un piropo cachaciento
y seguía pitando con más gana.
Ella daba la vuelta a la manzana
y volvía a pasar con desaliento
esperando que el punto en el momento
le saliese al encuentro como un rana.
Mas seguía pasando sin victoria,
porque el tipo era amante de la gloria
de esconder su figura descosida;
pues la calle era el único testigo
de este amor inocente y enemigo...
Y el piropo duró toda la vida.
Saramaría Duhart
Saramaría Duhart
"Si
soy así" - Tango
de Francisco Lomuto y Antonio Botta
Canta Hugo
del Carril - escena de la película "A media luz"