Al
atender el teléfono y decir ¡hola!, o
al utilizar este término para saludar, estamos recurriendo a una palabra de
origen árabe, wa-allah, que significa ¡por Dios!, dicho esto en forma exclamativa. Y
es común que al ¡hola!, a secas y a manera de saludo, le agreguemos el ¿qué
tal?, el ¿cómo estás? o el ¿qué hacés? Entre la juventud, a fines de la década
del sesenta, el ¡hola! incorporó al loco y todo pasó a ser ¡hola loco! o ¿qué hacés
loco? Después llegaría el tiempo del flaco
y algo más tarde el del boludo. Y así
fue como loco, flaco y boludo no sólo pasaron a ser fórmulas de tratamiento
sino también sinónimos de hombre y de mujer, preferentemente jóvenes.
Ahora, y desde hace ya algún tiempo, le llegó el turno al chabón. El origen de esta palabra lo
encontramos en la voz chambier, del
francés antiguo, que significa cambiar, y que pasó al español familiar como
chamba, que quiere decir chiripa, acierto casual, y que también se utiliza para
designar al hombre torpe en el juego. Y el aumentativo de chamba es chambón,
alguien de escasa habilidad para algo. Y chambón devino en chabón, un término que, desde mediados de la década del ochenta.es utilizado por los jóvenes como fórmula de
tratamiento y que, dicho al revés, le da cabida al boncha.