jueves, 9 de junio de 2011

ACERCA DE UN BUEN MENÚ

     En los restaurantes con cocina de autor y buenos vinos, además del esmero en la decoración del lugar, se debe pensar en la elaboración de platos que resulten agradables no sólo al paladar sino también a los ojos.
Ilustración - Gustave Doré

             Todo eso sin olvidar que los productos que integran el menú deben ser cuidadosamente seleccionados. 
            En lo que hace a la atención que deben brindar todos los empleados del restaurante, se debe apuntar siempre a lo impecable. Un buen cocinero, buenos mozos y un buen maitre deben sobresalir por dos características fundamentales: la primera consiste en tener el más absoluto conocimiento de todos y cada uno de los detalles de lo que le van a ofrecer a la clientela. La segunda es que deben tratar a cada cliente como si fuese su más apreciado invitado y éste debe sentir que quien lo atiende esta disfrutando con cuanto le ofrece. 
            Pero también es muy importante tener en cuenta quién es el comensal, y a partir del conocimiento que de él se tenga, poder sugerirle un menú especial; algo así como un “retrato al plato”. Como en este caso, por ejemplo:

DE TODO Y PARA DOS

- En nombre del patrón
me permito recomendarle nuestra especialidad.
Es un plato para altos funcionarios
que sólo se sirve en los mejores restaurantes.

Angurrias, histrionismo y cobardía
con fetas de ignorancia y truhanería.

Lisonja, adulación, vil reverencia,
con salsa de crueldad y de violencia.

Mendaz comercio, sórdida ganancia,
usurpación, rapiña y arrogancia.

Adelanto perverso, terquedad lucrativa
y clorhidrato al plato
con aceite de oliva.

Y de postre tenemos
sólo budín de pan
y locas en almíbar
bañadas con champán.

¡Bien Señor!
¡Sí Señor!
Registré su pedido:
¡De todo y para dos!

             Letra: Luis Alposta
             Musicalizado y grabado por Daniel Melingo en diciembre de 2004, en París.