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Saramaría Duhart - (Buenos Aires, 3/4/34 - 19/5/94) 1001 Sonetos, de un solo autor, libro sin precedentes en habla española ni en ninguna otra lengua. |
Inquieta y sensible, tímida y melancólica; luminosidad y gozo poético.
¡Hablo de Saramaría Duhart!
La que en las dos anécdotas -la primera realmente conmovedora- que paso a relatar, en ternura y pasión la vemos tal cual era:
A fines de la década del sesenta Saramaría se presenta a un importante concurso literario, a realizarse en España.
Resultado: lo gana un autor español,
cuyo nombre le es desconocido. En esos
días Saramaría viaja a Europa en compañia de su madre, y decide, al llegar a
Madrid, retirar las copias que enviara a dicho certamen. Tan es así que se
presenta en la Institución donde es recibida por su secretaria. Se da a conocer
y le explica el motivo de la visita. La mujer palidece y con el rostro
desencajado se pone a llorar desconsoladamente; no había forma de consolarla
dado que ignoraban el motivo. Sigue llorando, cubriéndose el rostro, y comienza
a balbucear palabras incomprensibles.
Saramaría le pide por favor que se
calme, que iría por ayuda. La mujer reacciona y le pide por favor que no lo
haga que iba a explicarlo todo.
Y este es el relato increíble. Le dice:
-Yo recibí su libro y me gustó tanto que borré sus datos y puse los de mi padre
que padece una enfermedad terminal y quería de alguna manera darle una alegría
si ganaba el premio. Y sucedió lo impensado: ganó el Primer Premio.
Saramaría no salía de su asombro; la
mujer suplicaba casi de rodillas que no la denunciara porque no sólo la
despedirían sino, también, el papelón que eso significaría para los
organizadores del concurso y las consecuencias que sufriría su padre.
Saramaría Duhart no dudó: -Quédese
tranquila que no comentaré nunca lo sucedido. Podrá vivir tranquila usted y su
padre.
La mujer no paraba de agradecerle.
A raíz de estos hechos Saramaría Duhart
(ganadora de tres Premios
Municipales y del Gran Premio Literario “Olivetti”) decidió no intervenir más
en concursos de poesía.
Saramaría
Duhart firmaba ejemplares de su libro "1001 Sonetos" en el stand de Hachette.
Cartel mediante, y bajo el lema
"UN POETA ESCRIBE PARA UD.“, se prestaba a escribir, a la vista del
público, "Su soneto personal" a todo aquel que lo solicitara.
Este inédito hecho, incluía dos partes.
Quien la acompañaba, solicitaba a los interesados que contestaran un sencillo
cuestionario, como ser: nombre, apodo, profesión, hobby, etc., que le era
entregado a Saramaría. El soneto en cuestión lo escribía en 4 o 5 minutos. No
más.
Entre las personas que recibieron el
‘soneto personal’, hubo una turista mexicana, casada con un argentino. Y este es el soneto:
A Carmen, mexicana y convencida,
que ha encontrado el amor esplendoroso.
A Carmen que es la esposa del esposo
amante del amor y de la vida.
A aquella la viajera repetida
que juega el corazón a cualquier gozo
a la dulce mujer que es un esbozo
de la Virgen cristiana y concebida.
Le dedico este libro dulcemente
que es un poco mi vida de inocente
en un franco milagro de poesía
y le doy mi amistad más verdadera
para que haga con él lo que ella quiera.
Y lo firmo nomás: Saramaría. Saramaría Duhart