jueves, 6 de septiembre de 2018

A UNA SOMBRA DEL 1500 (la de BENVENUTO CELLINI)


     Benvenuto Cellini nació en Florencia, en el 1500, y se inició como aprendiz de orfebre a la edad de 15 años. Fue discípulo de Miguel Ángel durante corto tiempo y llegó a ser un destacado escultor y uno de los grabadores y orfebres más importantes del Renacimiento italiano.
         A los 16 años tuvo que exiliarse en Siena a consecuencia de su apasionado temperamento que lo llevaba a involucrarse continuamente en duelos y peleas. Sus Memorias no sólo ofrecen un retrato valioso de la vida política, social y eclesiástica del siglo XVl, sino también un ameno relato de sus huidas, aventuras e intrigas.
         Considerado como un prototipo del hombre del Renacimiento, Benvenuto Cellini fue alguien que, al mejor estilo de los cuchilleros de Borges, supo cargar sobre sus espaldas más de una muerte. Tenía su taller de orfebrería en el Ponte Vecchio, sobre el río Arno.
         Y fue precisamente allí, una tarde de 1975, que me inspiró este soneto:

Busto de Benvenuto Cellini, 
de Raffaello Romanelli (1901), en el Ponte Vecchio,
A una sombra del 1500
    (la de Benvenuto Cellini)

En la ciudad en que la flor del lirio
es emblema y el Arno la atraviesa,
creo ver una inmensa fortaleza
concebida entre el arte y el delirio.

Allí perdió el Infierno su secreto
y Boccaccio escribió el Decamerón.
Y sabe Dios al pie de qué balcón
Petrarca a Laura le leyó un soneto.

Es en esa ciudad, cuando oscurece,
que sobre el Ponte Vecchio me parece
ver entre sombras su crispada mano.

Pero el día me vuelve a la certeza.
El buril o el cincel ya no interesa
y hay un puñal que está aguardando en vano.