El bandoneón tuvo su cuna en
Alemania. Su nombre deriva de uno de sus probables creadores o al menos de
su principal difusor: Heinrich Band; y en cuanto al sufijo pospuesto a su apellido hay quienes dicen
que éste alude a la cooperativa que se formó para solventar su construcción,
dando así origen al término band-union.
Con respecto a su llegada a nuestro país, todos coinciden
en decir que fue un marinero de ultramar quien lo introdujo.
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Dibujo L. A. |
Pero lo que
sí es seguro, es que en 1890 ya sonaban en Buenos Aires varios bandoneones, que
dieron origen a la primera generación de bandoneonistas, encabezada por el
legendario Sebastián Ramos Mejía, recordado como “El Pardo Sebastián”.
Después, en las
primitivas formaciones instrumentales del tango, partiendo de los primeros
tríos, ha sido la flauta la que le cedió al bandoneón su lugar. Y desde
entonces, "el fueye", aunque haya tenido cuna en Sajonia, llegó a
consustanciarse con nuestra música en poco tiempo, al extremo de constituirse
en su más genuina expresión.