Mi primer contacto a cielo abierto con el barrio, se produjo en una vereda impar de Congreso al 5500. En ella “gambetié” incipientes pasos que me llevaron a reconocerla en cada una de sus baldosas.
Más tarde,
la fisiología y los juegos se encargaron de que la vereda me resultara chica, y
el mundo alcanzó entonces la dimensión de una cuadra. La llegada de otros
juegos me llevó después a realizar todo un estudio topográfico de la misma,
hasta que a fuerza de sacarle punta un buen día le descubrí la esquina. Allí me
habría de sorprender el tiempo del picado
y del piropo, y se comenzaría gestar en mi esa especie de segunda nacionalidad que tarde o temprano sacamos a relucir: la del
barrio… (Parte del prólogo del libro "Geografía
Intima de Villa Urquiza" del cual soy autor.. Ed. Aldea, Buenos Aires,
1981)
Y hablando de veredas, no puedo dejar de recordar Trottoirs de Buenos Aires, la tanguería
que, el 19 de noviembre de 1981 abrió sus puertas en pleno corazón de París, en
la rue des Lombards N° 37, con
la actuación del Sexteto Mayor, uno de los mejores conjuntos de tango del
momento.
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Trottoirs de Buenos Aires - martes 8 de abril de 1986 |
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En Trottoirs de Buenos Aires - 10 / IV / 86 - Con Eduardo Ángel Valle, director del Cuarteto del Centenario; la pintora Celina Palacios; Vicky; Tomás Barna y dos amigos. |
Era prácticamente la primera que se abría desde la gran
época del tango en París de los años 20 y 30, marcada por numerosas tanguerías,
entre las que se destacó El Garrón de
la rue Fontaine.
Trottoirs de Buenos
Aires bajó telón
definitivamente el 15 de mayo de 1994. Fue el lugar donde se renovó en París
una tradición que estaba adormecida desde hacía decenios: la de las salas
dedicadas a la música porteña.
Tras la exitosa actuación del
Sexteto Mayor desfilaron por su escenario destacadas figuras como Salgán-De
Lío, la cantante Josefina, Rubén Juárez, Guillermo Galvé, Raúl Funes, Susana
Rinaldi, María Garay, Osvaldo Piro y Cuarteto del Centenario, entre muchos otros.
Su nombre le fue dado por el título de un tango de Julio Cortázar,
padrino espiritual de la tanguería.
De pibes la
llamamos “la vedera”
y a ella le
gustó que la quisiéramos.
tantas
rayuelas.
Después, ya
más compadres, taconeando
dimos
vueltas manzana con la barra
silbando
fuerte para que la rubia
del almacén
saliera a la ventana.
A mí me
tocó un día irme muy lejos
pero no me
olvidé de las vederas.
Aquí o allá
las siento en los tamangos
como la
fiel caricia de mi tierra.
Letra de
Julio Cortazar
Musica de
Edgardo Cantón
Con mi esposa Vicky visitamos les Trottoirs en 1986; actuaba entonces el Cuarteto del Centenario. Fuimos invitados por Tomás Barna, uno de
sus fundadores, y su señora Celina Palacios, amigos entrañables y guías de lujo en París.
Me contaba José Libertella, director del Sexteto, que el día del debut, dirigiéndose a Cortázar, le pidió que eligiera el tango que el conjunto le quería dedicar. El escritor argentino dijo sin dudar: - El choclo,
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En Trottoirs, con Vicky, junto a la pintora Celina Palacios y Tomás Barna |
Me contaba José Libertella, director del Sexteto, que el día del debut, dirigiéndose a Cortázar, le pidió que eligiera el tango que el conjunto le quería dedicar. El escritor argentino dijo sin dudar: - El choclo,