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Portada del libro "Chapaleando barro" |
Entre 1919 y 1925 en la calle Donado 2548, en Villa Urquiza, vivió el
poeta Celedonio Esteban Flores.
Me contaba su hermano Manuel que, junto a otros
tangos memorables, La mariposa, escrito en aquella época, comenzó
a 'volar' en este barrio. Fue también su hermano quien me dijo que “Cele” era parco
de palabras, hombre de buen talante, amigo cabal, buen hijo, buen hermano, y que su tango
preferido era “Tengo miedo”.
Recordar a este poeta,
quien con sus tangos se dio el lujo de debutar en las voces de Gardel y de Rosita
Quiroga, es recordar, también, al autor del libro Chapaleando barro.
Tal vez ha sido en
uno de aquellos primeros ómnibus que comenzaron a competir con los tranvías, en
viaje de Urquiza al centro, que el negro
Cele concibió este soneto:
GUARDA
DE ÓMNIBUS
Pa’ fioca no sirvió, porque una mina
a quien le hizo
un laburo deshonesto,
le dio el apuntamento en una esquina
y delante del cana le dio el pesto...
Quiso hacer un
scruche y cuando fueron
a’ arreglar la
cuestión de la viyuya
te le hicieron
un laburo, te le hicieron,
que tuvo que poner
menega suya.
Fue pintor, albañil,
bandoneonista,
cantor aficionado,
fue cloaquista,
batidor, amargado y atorrante...
Hoy requinta una
gorra, usa taquito,
se apila a una
piolita y pega el grito:
“Se me quieren
correr más adelante”.
"La Mariposa" - tango de Celedonio Flores y Pedro Maffia