Según
Enrique Del Valle, la palabra marote
deriva del nombre de un baile africano en el que se movía mucho la cabeza. Lo
cierto es que marote, con el
significado de cabeza, parece
proceder del francés y ésta sería su historia:
En Europa, en el medioevo, ninguna epidemia
ha registrado tantas víctimas ni ha causado tanto terror como la llamada muerte
negra. Para defenderse de ella, la medicina popular recurría a plegarias y
penitencias, y le pedía ayuda a San Roque y a San Sebastián. En tan gran
mortandad, los hombres veían un castigo de Dios. En Francia, el miedo a la
muerte y al Juicio Final provocado por la peste hizo que se recurriese a la
Virgen como mediadora de la misericordia divina. Se fabricaron entonces
muñecas, llamadas Marie, a las que la devoción popular consideraba
representación de la Virgen María. El nombre de Marie devino luego en Mariotte y posteriormente en Marotte, nombre éste con el que se pasó
a designar las cabezas de cartón, madera u otro material que se utilizan en las
tiendas para exhibir pelucas o sombreros. Y es muy probable que del marotte francés haya surgido el marote nuestro (cabeza; inteligencia;
capacidad de entender), facilitando el trámite su asociación con la palabra mate. O sea que, en el traslado de esta
palabra del francés al lunfardo, bien pudo haber sido una peluquera o una
costurerita, la que dio el primer paso.

Y algo más:
Se llama MAROTE (conocido también como marotera) a una danza de galanteo muy antigua. En Buenos
Aires (y en algunas provincias del Norte) se lo bailó a partir de 1850.
Tuvo en cierta época” muy mala fama”. La intención de los
bailarines lo hizo desenfadado.
Luego fue refinándose hasta ser admitido en las reuniones
familiares criollas.
La actual interpretación de
esta danza, es graciosa y su coreografía es muy sencilla; tiene una combinación
de ritmos rápidos y lentos.
También recibe el nombre de MAROTE el lazo torcido, muy pesado.