Durante casi todo el siglo pasado
circuló entre nosotros una copla que llegó a ser más popular que las letras de Yira Yira y Mano a Mano juntas. Cuatro versos octosílabos que, de tan
populares, se llegaron a folklorizar, dado que no había argentino que no los
supiera de memoria, ni existía memorioso que supiese el nombre de su autor.
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José Piñeiro 20/V/1879 - Pontevedra - España 9/IV/1967 - Mar del Plata - Argentina |
Se llamaba José Piñeiro, quien había nacido en Pontevedra (España) en 1879, y a los quince años llegó a Buenos Aires, ciudad en la que falleció en 1967. De él se sabe que trabajó como cadete de almacén; que fue mayoral de tranways; que fue dibujante y calígrafo y que llegó a jubilarse como técnico de FFCC del Sud.
La
otra historia, la que nos interesa, es la que nos cuenta que
en 1901, estando de
visita en casa de su prima, Generosa Piñeiro de Dopazo, en La Paz (Entre Ríos), ante el
pedido de su sobrinita de cuatro años (llamada Carmencita Dopazo), improvisó
una cuarteta para que ésta la recitase en un acto del 25 de Mayo en la Escuela General
San Martín.
Y fue
así como a un español -tan español como Manuel Jovés, autor del tango Buenos Aires-, le debemos estos
versos:
En el cielo
las estrellas,
en el campo las espinas
y en el medio de mi pecho