Así
como hay palabras lunfardas que terminan por dejar la zona penumbrosa de lo marginal, para pasar a ser palabras de uso corriente, mientras otras son relegadas al olvido,
están también las que, después de una breve ausencia, regresan remozadas con un
nuevo significado.
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"Mufa" - pintura al pastel de L. A. |
Tal el caso
de la palabra mufa, de la que podemos
decir que proviene del italiano, habiéndola recibido éste del alemán, con el significado
original de moho. Entre nosotros, esta palabra se aclimató no sólo como sinónimo
de moho, sino que, además, pasó a ser utilizada para designar el bajón anímico,
el spleen, la depre.
Hay
días en que hay ganas de abandonar la pose,
tomarse
el piro-macho sin batir ni salute,
dejar
atrás la calle, embutirse en el subte
y
en lo que dura un faso rumbear para Lacroze.
Ésa era la mufa
(a la que le dediqué esta cuarteta).
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"Fúlmine" personaje de Gillermo Divito |
Pero a comienzos
de la década del sesenta, aproximadamente, variable como grela, pasó a denotar enojo, malhumor, fastidio. Luego, en otro rapto
de volubilidad, se llegó a identificar con el aburrimiento, el tedio, el desgano.
Finalmente,
el destino de esta popular palabra parece haber sido anclar en la desgracia, en
el infortunio, en la mala suerte. Y pasó así, a ser sinónimo de yeta, algo que tiene su antídoto universal
en los “cuernos” que se realizan con los dedos índice y meñique. Los famosos “cuernitos”,
convocadores de la suerte y aventadores de la mufa y los mufas.
"La mufa" - de y por Astor Piazzolla