La deformación que les damos a algunas de
las palabras inglesas, que terminamos adoptando, responden, por lo general, a la
necesidad de arrimarlas fonéticamente a los sonidos que nos son familiares. Al cantito
nuestro de cada día.
Así, high life pasó a ser jailaife;
cowboy combói;
jumper devino en chomba y sandwich en sánguche.
La palabra que nos ocupa, beefsteak, castellanizada como bistec, entre
nosotros se reduce a bife, el que puede ser de costilla, angosto o ancho; de chorizo;
a caballo, si es que viene con dos huevos fritos; a medio caballo si viene con uno,
o, simplemente, a la plancha.
El bife, el que si está bien cocido
y además hay ragú, pasará automáticamente
a ser un bifacho.
El que va más allá de los platos y
origina el ir o el irse a los bifes, con el significado de lanzarse
precipitadamente sobre una ocasión favorable, de apresurar una gestión. El que también
equivale a cachetada, sopapo, golpe dado en la cara con la mano abierta, y eso,
tal vez, por cruce con la palabra bofetada o por la marca roja -comparable al color
de la carne cruda- que se deja en el rostro.
Y aquí, vienen a cuento, una vez más,
aquellos versos de Celedonio Flores que dicen:
Los bifes, los vecinos me decían,
parecían aplausos, parecían,
de una noche de gala en el Colón.
"Biaba" - milonga - Canta Edmundo Rivero
Letra ; Celedonio Flores - Música: Edmundo Rivero