domingo, 28 de agosto de 2022

DE LA PORFIRIA AL VAMPIRISMO

Las primeras historias sobre "vampiros" surgieron en el siglo XVIII y a partir de entonces se han escrito y llevado al cine gran variedad de tramas con vampiros como figura central. Pero detrás del mito sí hay una historia real. 
Los vampiros se crearon (o al menos eso parece) a partir de enfermos de porfiria, enfermedad de tipo metabólico que habitualmente se da por herencia genética, en las que las posibilidades de que ambos padres aporten los mismos genes defectuosos es muy remota... a no ser que se trate de habitantes de una comunidad pequeña, donde sea habitual que los cónyuges desciendan de antepasados comunes.
Vlad Draculea Tepes (1431-1476)
Entre los trastornos de la porfiria se destacan la anemia, con su correspondiente palidez, la coloración rojo parduzca de los dientes, llamada eritrodoncia, y una extrema hipersensibilidad a la luz solar con severas lesiones de piel. Al respecto, dice el Dr. Robert Katz, oriundo de la región de Transilvania, citado por el Dr. Cereijido, que por eso estos enfermos graves visten habitualmente ropas negras, usan sombreros aludos y muy encajados, guantes, anteojos oscuros, y suben sus cuellos y solapas, teniendo prohibido exponerse al sol.
Antiguamente, cuando un transilvano se agravaba de porfiria se recluía en su casa y dormía durante el día cubierto por un manto negro. Los paisanos, que acaso lo recordaban enfermo y lo suponían muerto, al toparse con él durante la noche, ponían sus coronarias a prueba.
No era de extrañar que los porfíricos se entregasen a ingerir las medicinas caseras más diversas y descabelladas. Para restaurar su sangre recurrían a beber la de pollos y cabritos, lo que al no causar mejoría, hacía que más de uno se zarpara (síndrome de Renfield) y comenzase a mirar con cariño las yugulares más próximas
 
El vampirismo clínico es un raro trastorno mental, una parafilia caracterizada por ser asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro. ​  
 Aunque en la literatura médica se trata el tema hace más de cien años, la bibliografía es escasa. El vampirismo fue propuesto formalmente como afección clínica particular en 1985 por Herschel Prins, y en 1992 Richard Noll describió sus características con el nombre de síndrome de Renfield.
Síndrome de Renfield: denominación acuñada por Richard Noll basado en R.M. Renfield, personaje de la novela Drácula de Bram Stoker, recluso en el manicomio del Dr. John Seward y comedor compulsivo de aves, moscas y arañas para obtener su fuerza vital.

"Tango del Vampiro" - letra de Luis Alposta - música de Daniel Melingo
        Cantan: Daniel Melingo y Fabiana Cantilo

               "Tango del Vampiro"- Recitado por Juan Salvador
 

Video creado por René Stark para Tesis de Diploma del programa "Visualización 3D y Animación" de Escuela vocacional EB Zurich para la educación superior.

  TANGO DEL VAMPIRO

   (1998)  

Escucho a un fueye que me asegura
que ya es de noche y es noche oscura.

Hoy su rezongo suena a sirena
que está anunciando que hay luna llena.

Éste es el tango que con voz ronca
le canto a Lucy al salir del jonca.

¡Lucy! ¡Mi Lucy! Que no hay collares
con que se oculten tus yugulares.

Desde hace siglos no siento el hambre
y hoy sólo quiero beber tu sangre.

LUCY:

¡Conde! ¡Mi Conde!
¡Mi amor prohibido!
Ya desde el día en que la has bebido
mi sangre toda te corresponde.

Si me has herido,
mi flor de anemia
no es esta noche lo que me apremia,
sino la llama que has encendido.

Si algo me quieres,
sólo por eso,
abre la boca con que me hieres
y hoy dame un beso.

El mismo fueye, como si hablara,
me está diciendo que es noche clara.

Ya no es rezongo, ni es la guadaña.
Ni es esa historia de Transilvania.

Éste es el tango con voz quebrada
que ahora le canto a mi enamorada.

¡Pero carajo!... ¡Pero carajo!...
¡Quién trajo el ajo!... ¡Quién trajo el ajo!...

¡Tan justo ahora, que sin collares
Lucy me muestra sus yugulares!

Letra: Luis Alposta