La nada es ninguna cosa o la negación absoluta de las cosas. La nada es
nada. Es el no ser o la carencia total de todo ser. La nada es una entelequia.
Es algo que tiene principio y fin en sí mismo. Es la rigurosa ausencia del todo
y, en cuanto es, ya es algo: nada. Nada también significa poco o muy poco de algo, y lograr algo con un cacho de
nada siempre es mucho más importante que querer hacerlo todo, amodorrarse
en la intención y no hacer nada.
De ahí la creación, con poco y nada, de dos populares
expresiones, tan simples como frutales, que mucho tienen que ver con la palabra
que nos ocupa: ¡no pasa naranja!, en lugar de decir ¡no pasa nada! y largar
durazno a alguien, con el significado de no darle nada.
Otro ejemplo de lunfardización de la palabra nada,
esta vez recurriendo a un término de origen vasco, lo encontramos en quien no
dice esta boca es mía, en quien se calla y no dice nada, o sea, en aquél que no
dice ni mus.
Pero entre todas las expresiones populares que aluden
a la nada, tal vez la más próxima a su real sentido sea la que da forma al
adverbio de negación no tener ni medio. Sobre todo, cuando se la dice durante
los treinta días del mes.
"El jubilado" - Letra (1968) : Luis Alposta
Musicalizado y grabado por Edmundo Rivero
con Orq. de Raúl Garello - (Sello Philips, 1971)
"El jubilado" - Grab. por Osvaldo Pugliese - Canta Abel Córdoba
((Sello Emi-Odeón, 1976)