
Ya adolescente, en el verano del 43,
Jorge, que en griego quiere decir ‘el que siembra’, se dio el gusto de cantar
en el Golf Club de Mar del Plata con la típica de Ángel Danesi, el autor del
tango “Mamita”, y cuando las leyes de la herencia terminaron por orientar su
vocación, largó el canto, se fue derecho a los papeles, desempañó sus propios
lentes y con “ojo de águila” le dio vida -entre otros personajes- a “Chicato” y lo revivió a “Cicuta”, que heredó de su padre.
Desde entonces, su sentido del humor nos hizo ver el lado divertido de lo
cotidiano. El suyo fue un humorismo puro, alejado de ironías y sarcasmos. Fue
el humor del equívoco, de la paradoja y de lo contradictorio en acción.
Después llegó el
tiempo en que Coco, sin dejar de
ser Jorge Palacio, decidió buscar seudónimo. Eso fue cuando se
entregó al juego de encender la radio decidido a adoptar, y para siempre, el
primer nombre que escuchara. Ocurrió el día que anunciaron la destitución del
rey Faruk de Egipto. Uno de los reyes más extravagantes que conoció el siglo XX.

Jorge Palacio, el querido Coco; el que sin darse dique alguno fue vicepresidente de la Academia Nacional del Tango; miembro de número de la Academia Porteña del Lunfardo e integrante del directorio de Argentores.
Introvertido, sin llegar a ser esquivo; circunspecto, sin dejar de ser cordial; tranquilino y jocoserio; su talento no sólo le permitía dibujar sino también destacarse como escritor, periodista, libretista, tangólogo, comediógrafo, memorioso de todo lo que tenga que ver con lo popular y gran conversador.
Con su lápiz y su particular estilo supo reflejar también los acontecimientos políticos más
destacados de toda una época, realizando así una crónica mucho más duradera y
elocuente que los relatos escritos. Eso le valió que en 1961 se lo considerara
el mejor dibujante de humor político en la Argentina.
Ponerme a hablar
ahora sobre las distintas revistas que ha fundado y sobre las muchas en que ha
colaborado con dibujos y textos, y sobre sus recordados libretos para la
radiofonía y la televisión, sería desoír los consejos de Tácito.
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Festejando sus 80 años - 4 de febrero de 2006 - |
Señas
particulares de Faruk: bonhomía y generosidad.
Era la antítesis del engrupido.
Jorge Palacio Faruk , alias Coco, era de los que saben que en el sentido del humor está el
equilibrio de todas las facultades del hombre.
Un entrañable y admirado amigo, al que se lo extraña. ¡Y mucho!
Un entrañable y admirado amigo, al que se lo extraña. ¡Y mucho!
"Dibujos" - tango de José Ranieri - Orq. de Leopoldo Federico
Dibujos de Jorge Palacio "Faruk"