jueves, 7 de abril de 2016

ACERCA DE MI VIAJE EN EL ORIENT-EXPRESS

(Acerca de "perón 2" )


Fue en septiembre de 1974 (el mismo año en que fue llevada al cine la novela “Crimen en el Expreso de Oriente”, de Agatha Christie) *.
Dos días de viaje. Sin caviar, sin ostras, sin champagne; aunque sí recuerdo unos sabrosos sandwiches acompañados con vino traminer (el preferido de Marlene Dietrich).

De París a Bucarest.
¿El motivo?
Una beca otorgada por el Instituto Nacional de Gerontología y Geriatría “Ana Aslan”.
Papeles en regla. Visa para viajar a Rumania tramitada en Madrid.
La ruta completa : París, Estrasburgo, Viena, Budapest, Bucarest y Estambul.
Mis circunstanciales compañeros de cabina -los que recuerdo- en cada una de las distintas estaciones a lo largo del viaje: una joven alemana, muy sonriente; una distinguida señora vienesa de trajecito sastre y sombrero, adicta al té; una alborotada familia intentando permanentemente acomodar sus bártulos; una campesina rumana que me hablaba (no sé cómo, pero la entendía) de su madre enferma; que sacó de una canastita una pata de pollo y me convidó. ¡Y a través de la ventanilla los Cárpatos! Una ventanilla que me permitía “filmar”, a través de mis ojos, una especie de largometraje en tiempo real de los múltiples paisajes que iban apareciendo. Pequeños pueblitos, verdes valles, envueltos en una atmósfera bucólica tan sólo interrumpida, de tanto en tanto, por el silbato del tren, o bien, por el tintinear de los cencerros de las vacas o el grito de los pastores.
¡Lo inesperado fue al llegar a Hungría!
¡Me hicieron bajar!
Por no tener visa “de tránsito”… Eso lo supe después.
Fue en HEGYESHALOM.
El tren siguió, quedé solo… y en la sala de espera de una “militarizada” estación se me vino la noche. A la mañana siguiente, gracias a un taxista italiano, supe qué hacer y lo hice. Viajé hasta el centro del pueblo, distante unos tres kilómetros, tramité la visa de tránsito, volví a la estación y esperé el próximo tren.
Y fue llegando a la estación central de Bucarest, que en un cartel leí “PERÓN 2".
        ¡¿Cómo?!
Después me lo explicaron.
En rumano, “perón” significa andén.


* El Expreso de Oriente inspiró a Agatha Christie uno de sus más famosas novelas policíacas “Crimen en el Expreso de Oriente” en la cual aparece su héroe, Hércules Poirot.
Esta novela, como ya dije, fue objeto de una adaptación cinematográfica en 1974.
El “viejo” Orient-Express hizo su último viaje entre París y Estambul el 19 de mayo de 1977.

"En el Mar Negro" - tango rumano - de y por  Georges Boulanger