jueves, 12 de junio de 2014

ACERCA DEL ACHAQUE

"El poeta pobre" - Óleo del pintor alemán Carl Spitzweg (1808 - 1885)
       El lenguaje médico, como tantos otros, ha tenido sus oscilaciones a través del tiempo. Hubo una época en que se usaba el griego y hubo otra en la que gobernó el latín. Pero para el pueblo, entre nosotros, y lunfardo por medio, hay palabras que nacen con la espontaneidad de un estornudo y que, dentro de una aparente sinonimia, nos ofrecen ciertos matices diferenciales que el médico debe saber interpretar. Por ejemplo, no es lo mismo el paciente que dice estar “palmado” o tener “una palma bárbara”, generalmente refiriéndose a lo que el médico conoce por astenia o cansancio, que aquel otro que se siente “chacado” o “achacado”, queriendo significar con ello que se siente realmente enfermo. Y no hablemos del que está “fundido”, porque en este caso el diálogo sería con los familiares.
            Y en este punto es donde reparo en las reales sinonimias: “chacado” o “achacado” también significa asaltado, robado, afanado; “fundido”, en su primera acepción, quiere decir insolvente, el que lo ha perdido todo; y “palmado” es lisa y llanamente el que no tiene un mango y está “en la palmera”. 
            A todo esto, me pregunto por qué ahora, que se estudia tanta estadística, investigación operativa y cuadros de insumo-producto, los economistas siguen sin darse cuenta que los únicos que cuentan son, precisamente, los achacados, los fundidos y los que están en la palmera. 
            Y el que así no lo crea, que arroje la primera moneda.

"Al mundo le falta un tornillo" - tango - Letra: Enrique Cadícamo - Música: José María Aguilar
Canta: Edmundo Rivero con la orquesta de Horacio Salgán