La palabra cafishio,
con la que designamos al rufián o proxeneta, proviene del italiano stoccafisso, que significa bacalao seco.
Este término fue tomado del alemán stockfish,
literalmente, pez palo, o sea, bacalao seco.
En
italiano se dice que un individuo “parece un stoccafisso” cuando es rígido y delgado, y nosotros, por comparación,
comenzamos a usarlo a fines del siglo XIX para designar a los rufianes por su andar
tieso y duro. Y de la comparación pasamos a la metáfora. En lugar de decir “fulano
parece un stoccafisso” comenzamos a decir
“fulano es un stoccafisso”. Después, el
término se aclimató y devino en cafishio.
Y de cafishio derivan cafiolo, fiolo, cafirulo, canfinflero, canfle, canfunfa, canflinfa, caferata. Y las formas vésricas: shiofica y fioca. Y fioca, le dio título a este soneto de Celedonio
Flores:
FIOCA
Camambuses de hule, medias de
seda,
un lengue en el bolsillo que
sobresale
y un moño que bastante grande
le queda.
El mate bien peinado, con una
onda
que es el gheite, sin grupos,
de sus hazañas...
¡Si por su cabellera sedosa y
blonda
es que tiene los records de su
campaña!
Esperando las cinco de la matina
aguanta hasta que sale la pobre
mina
rengueando descolada del cabaret.
Se mandan un completo si sale
sola;
pero si la percanta sale con
cola
él dice: “¡Que paponia, me hizo
un mishé!”...
"Mala entraña" - tango de Celedonio Esteban Flores
y Enrique Maciel - Canta Edmundo Rivero