Enrique Cadícamo inicia su tango
“Compadrón” con este verso: Compadrito a
la violeta...
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José Cadalso y Vázquez según Castas Romero |
El primero en utilizar esta
expresión, que después se popularizó, fue el escritor y militar español José
Cadalso (Cádiz, 1741 - 1782), quien, en 1772, publicó una obra satírica en la que les dio con un
palo a los falsos sabios y sabiondos. El libro se llamaba: Los eruditos a la violeta, en el cual el autor crea
un “Catedrático a la violeta”, que reparte enseñanzas a todos aquellos que
quieren aparentar sabiduría: “no es necesario estudiar, decía, basta con
nombrar a algún filósofo de moda, repasar índices, algunos latines y citar
libros conocidos”. Y después agrega: “En todos los siglos y países del mundo
han pretendido introducirse en la república literaria unos hombres ineptos que
fundan su pretensión en cierto aparato artificioso de literatura. Este barniz
de sabios puede asombrar a los que no saben lo arduo que es poseer una ciencia;
lo difícil que es entender varias a un tiempo; lo imposible que es abrazarlas
todas, y lo ridículo que es tratarlas con magisterio...”
Pero la pregunta es: ¿por qué
utilizó Cadalso la figura a la violeta?
Con ella hacía referencia a los petimetres y presuntuosos que poblaban los
salones sumando víctimas con versos malos y peores latines.
Estos pelmazos, o chantunes, más atentos a su indumentaria
que a sus estudios; peinados, emperifollados y apestando a aguas olorosas de
lavanda, jazmín o violetas, hizo que Cadalso dijera: “de esta última voz,
violeta, toma nombre mi escuela”.
Una escuela que... hizo escuela.
¿No lo cree?
"Compadrón" (tango) Música: Luis Visca - Letra: Enrique Cadícamo
Canta Carlos Gardel