Bobo significa tonto, y proviene del latín balbus, tartamudo, (de ahí el verbo balbucear).
Se aplica a
la persona que dice o hace cosas que denotan falta de inteligencia, de listeza o
de discreción, a la persona de muy corto entendimiento o extremadamente cándida.
O sea que, un bobo viene a ser un simple o simplón, un inocente, un memo, un pánfilo,
un pavitonto, un pazguato, un botarate, un papanatas, un mastuerzo, un gaznápiro,
o, simplemente, un melón. Se emplea como insulto y, con frecuencia, se utiliza en
broma y sin intención ofensiva.
A fines del
siglo XIX, esta palabra pasó al lunfardo con el significado de reloj. Lo común entonces
era el uso del reloj de bolsillo, al que se llamó bobo, según algunos, porque se dejaba robar muy fácilmente.
Pasado el tiempo,
a alguien se le ocurrió asociar el tic tac del bobo con el tic tac de las contracciones cardíacas y pasó a llamarse
bobo, también, al corazón. Están los que
dicen que a este último se lo llama así porque trabaja todo el día y no descansa
nunca.