domingo, 31 de julio de 2022

A LO MAGDALENA


A LO MAGDALENA

Su historia empezó una tarde,
en el preciso momento
en que fue a dar a un convento,
pues según ella contó,
su mama la abandonó
en el Mercado de Abasto
y atorrando en un canasto
una monja la encontró.

Después de cumplir los quince
dio el primer paso fulero.
Se acoyaró a un quinielero
creyéndolo un buen partido.
Era un negrito fornido
que, por ser rana y de oficio,
cuando entró a junarle el vicio
la empezó a fajar tupido.

Y al cabo de cierto tiempo
de aguantiñar tanta biaba,
cayó de suerte la taba
y su premio fue un mishé.
De aquí en más, lo que yo sé,
es que éste ‘adornó su frente’,
además de un regio ambiente
por Larrea y Santa Fe.

Y así, como en pleno mate
en el que el agua se acaba,
se cortó lo que se daba.
¡Muy poco el piolín se estira!
Nadie por ella suspira,
su escracho destila pena,
y hoy llora a lo Magdalena
al escuchar Yira Yira.

Letra (año 1954) : Luis Alposta 
Música (año 2007) : Daniel Melingo    

                                       Cantan: Daniel Melingo y Cristóbal Repeto

jueves, 28 de julio de 2022

ACERCA DE LA PALABRA CANCHA



            Los primeros españoles que llegaron a nuestras tierras hablaban, como se sabe, el viejo idioma de Castilla, y quienes aquí habitaban, sin entrar en detalles geográficos ni dialectales, hablaban el quichua, el guaraní o el mapuche.
            El genio del idioma ha hecho que muchas de aquellas palabras, voces del castellano arcaico y voces indígenas, se incorporaran a nuestro lenguaje, llegando a tener vigencia aún en nuestros días.
            De todas ellas, hoy vamos a recordar una de origen quichua.
            En el Diccionario Quichua-español, del padre Lira, encontramos la palabra cancha con el significado de: patio, lugar o espacio cercado, ámbito para deportes o espectáculos.
Mapuches jugando a la chueca (palín)
            En  la  cancha  los  indios  practicaban un juego muy parecido al que los españoles llamaban  chueca (juego popular de origen castellano) y al que le fue dado el mismo nombre. 
            La cancha era un terreno rectangular delimitado por piedras o, sencillamente, delineado en el suelo. Los instrumentos para el juego de la chueca eran una bola y un palo encorvado en una extremidad para cada jugador. Los jugadores, entre los que también había mujeres, eran de cinco a quince (o más), divididos en dos campos. Cada uno de ellos ganaba un tanto cuando, con el palo, hacía salir la bola de la cancha por el límite más cercano.
            Y cancha originó tener cancha, ser un tipo canchero y cancherear, que se dice cuando uno hace alarde de dominar una situación.  

"Canchero" - Tango de Arturo De Bassi y Celedonio Flores
Canta Edmundo Rivero - Orquesta de Horacio Salgán







miércoles, 20 de julio de 2022

TRES TANGOS PARA LOS AMIGOS


Buen amigo

Tango
Música : Julio De Caro
Letra : Juan Carlos Marambio Catán 

La música fue compuesta en 1925, agregándosele luego los versos.

En las buenas o en las malas
triunfante de pie o vencido,
la mano del buen amigo,
se tiende cordial y buena.
Consuelo en la dura pena,
aliento en amarga vida
si adoré a mi madre en vida,
también cultivé amistad.

Si alguna vez               Estribillo cantado por Orlando Verri - grabado el 18-12-1950.
me ves rodar
tu mano firme y fiel
me alzará 

fraternal.
Tu corazón,
noble sin par,
está vibrando al son
del violín
dormilón.

En los riscos del camino
mil veces lloré vencido,
mil veces fui mal herido,
sangrando en la dura huella,
de pronto alumbró una estrella
tu mano me dio la vida
se cerraron mis heridas
al soplo de tu bondad.

(recitado)

Mil veces caído
sentí desmayar,
mil veces tu mano
me diste al pasar.


Hermano fiel
en mi orfandad
tu mano firme y noble
floreció en amistad.              
El tiempo cruel
no ha de borrar
jamás tu fiel recuerdo,
buen amigo leal.

 -------
Amigos que yo quiero   

Tango 
Letra y Música: Hugo Gutiérrez
 
En la vida tenemos mil cosas
que son grandes, sublimes y hermosas,
que ennoblecen y alegran el alma
alentándonos el corazón.
Pero hay una, sutil y suprema,
que nos llega tranquila y serena,
es hombría y lealtad,
sentimiento y bondad,
es sublime, se llama amistad.                                    
                                                                                                Canta Edmundo Rivero
 
Amigos
que yo quiero
escuchen este tango,
que lleva entre sus notas

un apretón de manos.
Fue escrito con el alma
pensando en la amistad
con lágrimas lo canto
por lo que ya no están.
Alcemos nuestras copas,
aquí en el viejo bar,
que mientras haya amigos
dan ganas de cantar.

La existencia si es negra condena,
con amigos parece verbena,
sin amigos no vale la pena
esta vida llena de dolor.
Los amigos igual que poetas
tienen hondas ternuras secretas,
acerquémonos más a la noble amistad
que nos llena de fe y de bondad.

A los amigos 

Tango instrumental
Música : Armando Pontier - por la orquesta de Osvaldo Pugliese



A JUAN CARLOS ALTAVISTA, MINGUITO


... que nos dejó en un "día del amigo"(4 de enero de 1929 – 20 de julio de 1989)

MINGUITO

Hoy,
cuando la palabra vecino
nos lleva a pensar más en un extraño
que en los cosos de al lao;
hoy, cuando ya no se sacan
sillas a la vereda en tardes de verano,
su recuerdo
nos vuelve a la amistad y al barrio más que nunca.
Es que... humor y ternura,
eran en él una expresión de afecto.
Su gracia y su inocencia eran su abrazo;
un apretón de manos con sombrero y pantuflas.
Una sonrisa pícara
-que incluye escarbadientes-
y una vieja bufanda.
Él era un chico grande.
Era un modo de hablar rozando el disparate,
ignorando las eses,
confundiéndolo al otro,
jugando con palabras.
¡Y nosotros sus cómplices!
Nos hacía reír… ¡Lo que no es poco!
Era masa de “rioba”
con la que modelaba su condición humana.
Él era todo eso.
¡Era Minguito!
Juan Carlos Altavista
 - ¡Qué hacé tri tri! -
haciéndonos sentir más vivos y más buenos.
Él era ese atorrante que nos enternecía...
y al que extrañamos mucho.
¡Sí señó!

L. A.

  Minguito lee poemas lunfardos     
"Buen Amigo" - Tango de Julio De Caro

domingo, 17 de julio de 2022

JULIÁN CENTEYA Y SU NOVELA "EL VACIADERO"


Nació en 1910 en Italia, en Borgotaro, provincia de Parma, donde lo bautizaron Amleto Enrico Vergiati, un nombre que habría de quedar eclipsado por el de Julián Centeya, el poeta que fue y seguirá siendo dueño del mundo que da a la esquina.
Con Julián, en febrero de 1968
         Guardo de él una visión muy nítida. Lo conocí en Coghlan, en una casa ubicada en el pasaje Sócrates 3045, donde vivía rodeado de libros y papeles, en la que, más de una vez, lo vi manuscribir prolijamente sus versos de atorrrancia y singular belleza, ignorando al “pianito de escribir” que no tenía.
         Lo recuerdo impulsivo, hablando a golpes de inspiración. Todo él era una emoción...  una soledad... un despedirse. Fueron los días en que, sin aparato alguno, se escaneó en cuerpo y alma en su poema Atorro.
Si hasta me parece oírle decir: - Encanutado en la última pilcha, / negao a todo, / piantao de mí, / en la pinchada que da el atorro, / como de nada, / puesto en el forro / del jonca ´e pino me iré de aquí.

Cuando nació en él la idea de escribir una novela sobre el vaciadero de Villa Soldati me dijo que iba a comenzarla con la siguiente frase: - Llovía que daba calambre.

Y así fue. Lo que nos cuenta en ella, con la elocuencia de una lágrima, comienza y termina con lluvia. Su escenario: montañas de tierra y basura; camiones y carros; más basura, y fuego todo el tiempo. Y el cirujeo; y los intermediarios; y los que van en coche; y los que allí ranchean y allí mueren. Y en el boliche de Roca y Lafuente, él, Julián Centeya, el “hombre gris de Buenos Aires” frente a un pocillo de café contándonos esa historia. Esa dramática historia, “cruda y mucha”. La de “El Vaciadero”, novela que publicó en 1971, escrita, tal su estilo, a pluma y calle.
Una novela que, después de leerla, me llevó a escribir estos versos.

EL DEMONIO DEL BASURAL

Qué viejos nos alejamos de aquí,
de los humeantes basurales,
donde hemos visto por última vez
al hijo del mendigo cargando su mortaja
y hablando con el verdugo.
Aquí,
donde las viudas y los huérfanos
visten grises harapos;
donde nunca han brindado los testigos del alba
sobre un mantel de vida.
Qué viejos nos alejamos de aquí,
de los humeantes basurales,
donde también dejamos partes nuestras.
Qué viejos nos alejamos de aquí,
y cómo nos resignamos al estigma
viendo reptar los días.
Hasta que nos acurruquemos una noche cualquiera
y nos soñemos limpios.
    
   L. A.

domingo, 10 de julio de 2022

ACERCA DE EDUARDO AROLAS Y EL MARNE

Eduardo Arolas, el autor de Derecho Viejo, fue un bandoneonista poseedor de una modalidad de ejecución que hizo escuela; creador del “rezongo” y del “fraseo”, hizo del bandoneón un instrumento de influencia decisiva en la conformación sonora de la orquesta típica. Autor prolífico y de una excepcional inspiración; con merecido prestigio como compositor e intérprete, no tardó en ser llamado “el tigre del bandoneón”. Derecho Viejo es quizás el tango más difundido de cuantos produjo. Lo compuso en el año 1916, y fue en el café “La Morocha”, de Corrientes y Río de Janeiro.
Con respecto a su tango El Marne, recordemos que hubo dos Batallas del Marne; dos combates bélicos mantenidos respectivamente en 1914 y 1918, durante la Primera Guerra Mundial, que tuvieron lugar en las proximidades de dicho río, situado en el noreste de Francia. 
Eduardo Arolas escribió este tango en enero de 1919 inspirado en la segunda de estas batallas, la que se desarrolló desde el 15 de julio hasta el 4 de agosto de 1918. El Marne es una página de singular importancia, verdadero concierto de peculiar y avanzada estructura, adelantadísima para la época. Quizo el destino que Eduardo Arolas, hijo de padres franceses, falleciése en el Hospital Bichat, de París, dejándonos sus tangos memorables y una leyenda. Fue en 1924. Tenía treinta y dos años.

El Marne - tango de Eduardo Arolas - por la Orquesta de Aníbal Troilo

jueves, 7 de julio de 2022

ACERCA DE ALGUNAS FRASES PROVERBIALES

A Heráclito, filósofo griego del siglo VI antes de Cristo, se lo suele recordar por las únicas dos frases, que, curiosamente, nunca dijo. Platón es responsable de haberlas legado a la posteridad junto al equívoco: “todo fluye” y “no nos podemos bañar dos veces en el mismo río”.
Píndaro
El poeta Píndaro, también griego y contemporáneo de Heráclito, es el autor de esta máxima: “Serás lo que debes ser, o no eres nada”. Siglos mediante la frase fue repetida por el General San Martín y corregida luego por Mitre: “Serás lo que debes ser, o si no, no serás nada”.
Cuenta la historia que Alejandro (siglo III a. d. C.), estando ebrio, le dio muerte a uno de sus generales más queridos, Clito, el Negro, y que Calístenes, sobrino de Aristóteles, testigo de ese hecho, citó una frase de su tío: “Quien comete un crimen en estado de embriaguez es doblemente condenable”. Y aquí el recuerdo de Martín Fierro se impone: "Aquél que ofiende embriagao / merece doble castigo".
El poeta español José de Espronceda, muerto en 1842, en El Diablo Mundo pone en boca de uno de sus personajes estos versos: 
El que lo gana lo jama; / a buscársela, hijo mío, / a hacer tú mismo tu avío, / que el que no llora no mama
Esta última sentencia la volveremos a encontrar en el tango Cambalache, donde va seguida de esta otra: 
- y el que no afana es un gil.  



  "Cambalache" - tango de Enrique Santos Discépolo
Canta Edmundo Rivero