jueves, 13 de marzo de 2014

ACERCA DE FRINÉ Y EL LUNFARDO

Friné, la musa de Praxíteles
Friné era una hermosa muchacha de Tespis, ciudad griega que fue arrasada por los tebanos en el año 372 antes de Cristo. Las calamidades de la guerra la obligaron a buscar fortuna en Atenas. Y la encontró. Allí conoció a Praxíteles, el gran escultor, y no tardó en pasar a ser no sólo su modelo sino también su amante, su hetaira, su compañera. Terminó heredándolo.
Su belleza era tal que él llegó a inmortalizarla en el mármol. Se asegura que fue ella la que posó para la Afrodita desnuda, considerada la obra más estimada del arte antiguo.
Friné ante el areópago (1861), obra de Jean-Léon Gérôme
 Y una anécdota que la pinta de cuerpo entero... sin ropas, por supuesto: acusada de impiedad, fue defendida por Hipérides, un émulo de Demóstenes, quien la hizo desnudar ante los jueces, dejando a éstos con la boca abierta y a ella en libertad.
Veinticuatro siglos después,                                 la poetisa Nyda Cuniberti la recordó así:



FRINÉ

Todo el que la embrocaba gritaba ¡Dequerusa!
porque sólo mirarla le quitaba el aliento
y si bien era un poco tirando a rantifusa
ninguna otra percanta acumuló más vento.

Porque fue mina rana además de papusa,
nada de mucho mimo o de amoroso acento,
al diablo con el pobre poeta contamusa,
venga el tipo de guita, que ya después te cuento.

Friné, budín beocio, de puro casquivana
los jueces carcamanes dispusieron tu cana
pero con tus encantos hiciste tabla rasa.

Los pobres viejos verdes al junar tu belleza
recordaron de golpe con dolor de cabeza 
los loros barranqueros que tenían en casa.

"Che papusa oí" - tango de Gerardo Matos Rodríguez y Enrique Cadícamo
Canta Carlos Gardel