jueves, 20 de octubre de 2016

ACERCA DE MARCELA CIRUZZI


En todos los libros de Marcela Ciruzzi asoma la calidez y el estremecimiento del creador que piensa y siente en profundidad. Una mujer deliciosamente inteligente y poeta. Autora de poemas breves y expresivos en cuyos versos hay síntesis, sensibilidad y belleza. Imágenes puestas y dispuestas en ellos por alguien que, fundamentalmente, demuestra estar habitada por el júbilo de la palabra. 
Su dominio de la gramática, su personal estilo y el ejercicio permanente de la cátedra, han confluido en Marcela Ciruzzi para destacar, también, su labor y su obra en el campo de la crítica y de la investigación literaria. Monografías y ensayos adentrados en la introspección psicológica de los biografiados y en el análisis exhaustivo de sus obras, tales como Evaristo Carriego; Mateo Booz; Roberto Payró; Francisco López Merino; Santiago Davobe; Sarmiento y Borges; Tita Merello y Edith Piaf; Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, entre otros.   

       Hoy quiero recordar su poema “La mesa grande”, en el que nos habla de un tiempo en que la dicha se vistió de infancia:

A la cabecera mis padres
Av. Independencia 1381- La casa de su infancia
(seres hechos de amor
y de entereza).
La sopa humeante, la estufa,
(el piso era de baldosas)
la radio como una capillita:
la voz del Zorro y de Niní
(¡la risa!)
El mantel blanco
y las diez servilletas.
Después, el café de filtro,
el mazo de cartas,
el ludo, la lotería casera...
a veces mi padre
ensayaba un solitario,
y mi madre, con un mate,
zurcía media tras media...
Mi hermano mayor
-que venía del mar-
narraba sus anécdotas.
Yo -cordero pequeño-
sobre sus rodillas
escuchaba, toda inocencia.
Fue en la casa de mi infancia. 

Ahora tengo otra mesa,
redonda, pequeña,
suficiente para un plato,
los cubiertos y un vaso
sobre el mantel-servilleta.

    En el patio de la casa de Evaristo Carriego - 20-12-1975 
    Marcela Ciruzzi, J. L. Borges y José. María. Mieravilla
   
  "Caserón de tejas" - vals de Cátulo Castillo y Sebastián Piana