jueves, 30 de abril de 2015

ACERCA DEL SOLECISMO

   

     Junto a términos crípticos ayer y hoy reconocidos y comprendidos por todos, surgen nuevas palabras y expresiones destinadas, algunas, a quedar instaladas en el habla cotidiana de los argentinos. Por eso, se podría afirmar que el lunfardo es un repertorio de voces en permanente cambio y extensión.
            Muchas de estas voces provienen de grupos que, en un proceso de integración, se definen por gustos e intereses compartidos: el rock, la cumbia, los deportes, la droga, el psicoanálisis, internet… la calle. Voces y expresiones, que buscan no sólo una definición, sino, también, sintetizar una visión del mundo. La propia. Voces y expresiones que sólo nacen cuando quien habla no encuentra una mejor forma para expresarse.
            Un repertorio de voces que comienza con un uso restringido a determinados ámbitos sociales y que, no pocas veces, por un fenómeno de nivelación y de trasvase lingüístico termina proyectándose a sectores más amplios de la población. 
           Como decía Crátilo, "todo fluye"... pibe, laburo, macana, otario, bagayo, trucho, mersa, bulín, chamuyo... y muchísimas más.
            De lo que sí hay que preocuparse, es de la falta de sintaxis; de los errores que se cometen con las "articulaciones" del idioma. 
            Lo que mata es eso. Eso que se llama solecismo: error gramatical que consiste en alterar el orden sintáctico correcto de los elementos de una fraseLo demás... 'agranda el idioma'.

"El ciruja" tango - Letra: Francisco Alfredo Marino - Música: Ernesto de la Cruz
Canta Edmundo Rivero