El 21 de septiembre de 1914, en el que fuera el primer Baile del Internado, Francisco Canaro estrenó su tango Matasano, dedicado a los internos del Hospital Durand.
Esa misma noche, Roberto Firpo les dedicó a los Internos del Hospital San Roque –hoy Ramos Mejía– su tango El Apronte.
En años posteriores, hizo también su aparición en esos bailes, alguien que, por su nombre, su bandoneón, sus tangos y su romántico semblante, habría de brillar con luz propia en la constelación mitológica del Buenos Aires popular.
Cuenta De Caro, que “vestía saco negro cortón y trensillado, pantalón bombilla a cuadritos y franja negra, pechera dura con corbata voladora, zapatos de charol con taquito militar e iba peinado al medio en bandeaux”.
Se llamaba Eduardo Arolas. El que había empezado por agregarle una “s” a su apellido, para terminar siendo rebautizado como “el tigre del bandoneón”.
Les aportó a los estudiantes tres de sus tangos: Anatomía, Rawson (por el nombre del hospital) y Derecho Viejo, éste último dedicado a los estudiantes de Derecho.
Quiso el destino que el autor de El Marne se muriera precisamente en un hospital, pero bastante lejos de Buenos Aires. Eduardo Arolas falleció a los 32 años en el hospital Bichat de París, el mismo mes y el mismo año en que, por extraña coincidencia, estarían llamados a desaparecer también, Los Bailes del Internado: en septiembre de 1924.
* Para escuchar "Rawson" grabado por Arolas en 1917, hacer click:
"RAWSON" ( tango) - de Eduardo Arolas -
dedicado al Hospital Rawson - por la orq. de Juan D' Arienzo.