se encienden pantallas
antes que lámparas
y se apagan preguntas
con el gesto mínimo de un dedo.
Y nadie lee poesía.
No porque falte tiempo,
sino porque sobra ruido.
A veces,
en una esquina de la noche,
si alguien escribe un poema,
no espera ser leído.
Solo prueba
si todavía es posible
decir algo
aunque no sirva para nada.
Luis Alposta
EN OBSERVACIÓN
No ha muerto,pero respira con dificultad.
Su voz tiembla,
como la llama de una vela.
A veces la encontramos
solo en la pausa de quien no sabe
si todavía vale la pena decir algo.
Su piel se ha vuelto delgada,
traslúcida,
y debajo laten siglos
y nombres
que el olvido amenaza.
Los poetas la llaman,
pero ella suele responder
con palabras que caen
antes de llegar a su boca.
Sigue viva -dicen-,
y tal vez lo esté,
pero ya no canta.
Solo escucha
cómo el mundo la olvida
sin darse cuenta.
Luis Alposta
Del libro "Como el agua"