jueves, 21 de enero de 2021

ACERCA DE LOS BARBIJOS

 

      En tiempos de la “peste negra” o “peste bubónica” que azotó a Europa a mediados del siglo XVII algunos médicos, conocidos como los “doctores de la peste”, utilizaban una vestimenta especial, inventada por Charles de Lorme en 1630 (se la usó por primera vez en París). Un traje de protección que consistía en una túnica de tela gruesa encerada, una máscara con agujeros con lentes de vidrio y una estrafalaria nariz a modo de 'barbijo' similar a un pico de pájaro, la que era rellenada con sustancias aromáticas con el fin de proteger al médico de los “miasmas”.


Grabado de 1656

 

         A finales del siglo XIX el bacteriólogo francés Louis Pasteur  demuestra la existencia de agentes infecciosos microscópicos, y se abandona la teoría de los miasmas.

         Ante este cambio de paradigma un médico alemán, Carl Flügge, demostró que estos nuevos microbios podían ser transmitidos de individuo a individuo incluso a distancia, a través de pequeñas gotas que se expulsan de forma inadvertida por la boca y la nariz (gotas de Flügge).

         Como consecuencia le pidió al profesor de cirugía Jan-Antoni Mikulicz Radecki diseñar una mascarilla para que los cirujanos eviten contaminar a sus pacientes. Este último inventó entonces una "venda bucal", una compresa de muselina que cubría la boca y las fosas nasales.

         Otros cirujanos intentaron inventar otros tapabocas con más o menos éxito. Finalmente, dos doctores sugirieron usar un pedazo de tela  rectangular, con dos tiritas para atarla detrás de la cabeza.

         La peste de China, que surgió en 1910 en Manchuria, es una de las grandes epidemias que hicieron avanzar la historia de las mascarillas. Las imágenes de la epidemia en Manchuria muestran al personal sanitario cubierto con vendas que cubren toda la cabeza. Durante esta epidemia, su uso se habría extendido a la toda la población.

El personal sanitario durante la epidemia en Manchuria, en 1910

 

         Pero la epidemia que realmente contribuyó al uso generalizado de los barbijos protectores fue la de la gripe española, en los años 1918-1919. En ese momento se trataba de un cuadrado de gasa a menudo impregnado con antisépticos.

 

         Por otra parte, Tito Saubidet, en su “Vocabulario y refranero criollo” , refiriéndose a la voz “barbijo”, nos dice:

         Cinta, cordón o tiento sobado, de medio dedo de ancho, que va cosido por sus extremos al borde interior del sombrero del paisano quien se lo ajusta en la barbilla para asegurarlo contra el viento, sosteniéndolo en el cuello cuando lo lleva caído sobre la espalda.

Alfredo Gobbi (padre)


         Se dice también de una cicatriz o corte en la cara que tenga más o menos su forma.  "En la pelea le hizo un barbijo de la oreja a la boca".


    ¿Y en el tango?

    Escuchémoslo ahora a Gardel: 


"El barbijo", tango de Jesús Fernández Blanco (letra) y Andrés Roberto Domenech (música)