jueves, 8 de noviembre de 2018

ACERCA DE LOS ALMACENEROS

"El almacén de la esquina" (Congreso y Altolaguirre) 1965

     Dos constantes de los almaceneros de antaño: la ‘yapa’ y la ‘libreta’. Yapa, en quechua, significa agregado, añadidura; y la yapa que solía dar el almacenero de barrio era, también, agregado o añadidura; una pequeña atención para con el cliente después de la compra; una inocente, y hasta ingenua, estrategia de marketing.
         Eran tiempos en los que el almacenero de la esquina sabía que la base del negocio estaba en la manera de tratar a su cliente: la sonrisa, el buen talante, el buen día, las buenas tardes, la discreción y hasta el chisme dosificado y oportuno… En síntesis, como diríamos ahora: buena onda.
            El almacenero era alguien que generaba confianza y que, además, fiaba. Eran los días de la libreta, precursora de las tarjetas de crédito. Tiempos en los que el dibujante Roberto Battaglia nos deleitaba, desde la última página de “Patoruzito”, con su personaje Don Pascual, un bondadoso almacenero de barrio que solía meterse en complejas y cómicas situaciones. 
           Tiempos, en los que el Centro de Almaceneros  sacaba solicitadas en los diarios con títulos como éste: ¿Qué es más importante: el aumento del combustible o el de la mortadela? Tiempos, en los que los almaceneros  festejaban su día el 21 de septiembre. Un tiempo en el que, no sólo tenían una marcha, sino también un himno, aunque usted no lo crea. Un himno y una marcha, que ya los estoy invitando a escuchar:

"Himno de los almaceneros"
Música de F. Guillán - Letra de F. F. García - 
Arreglo de Orquestación: Daniel Lomuto Orquesta: Félix Guillán - Canta: Carlos Mayel

"Marcha de los almaceneros" 
Letra y Música de Eduardo B. Portas - Arreglo de Orquestación Daniel Lomuto
Orquesta: Félix Guillán - Canta: Carlos Mayel