Los crímenes atribuidos
a Jack the ripper ocurrieron en el corto
período que va desde el 31 de agosto al 9 de noviembre de 1888, y eso le bastó para
ser uno de los asesinos con más prensa durante todo el siglo XX.
Los hechos ocurrieron
en un suburbio londinense en el que vivían desocupados, inmigrantes indocumentados,
prostitutas y curdelas, es decir, un suburbio
habitado por gente enferma porque era pobre y que cada día era más pobre porque
estaba enferma.
Las víctimas eran
prostitutas y, según los riperólogos,
que los hay, no fueron más de cinco.
El nombre de la
primera fue Mary Ann Nichols, que fue encontrada degollada y con mutilaciones
en el abdomen.
Extrañas e ingeniosas
teorías tendientes a esclarecer el enigma de la identidad de Jack the ripper o Jack el destripador, terminan diluyéndose entre las brumas londinenses
y las de nuestro Riachuelo, dado que hay quienes sostienen que el mencionado asesino
serial vino a terminar sus días entre nosotros. En todo caso no ha sido el único,
ya que la criatura del Dr. Frankenstein también barajó la posibilidad de autoexiliarse
en estas latitudes.
JACK THE RIPPER
Soy fino, pulcro y muy ordenado.
Visto de oscuro y salgo los martes.
Sólo Picasso me ha interpretado:
yo a las mujeres las quiero en partes.
Mi gran orgullo es mi maestría
(que no se dio por casualidad).
Yo fui ayudante de anatomía.
¡Lo mejorcito en la Facultad!
Por lo que sigue no se me asuste.
Soy Jack the Ripper pa´ lo que guste.
Ya pasó un siglo y de cuando en cuando
si vuelvo al yeite de destripar,
es porque busco seguir zafando
y hacerle un corte a la Scotland Yard.