jueves, 25 de agosto de 2011

ACERCA DE BELLAS, FEAS Y DESASTRES

Venus de Willendorf


        La belleza, en general, es un conjunto de cualidades cuya manifestación sensible produce un deleite espiritual, un sentimiento de admiración, un goce estético. Y una mujer nos parecerá físicamente bella siempre y cuando responda al ideal de formas vinculado a la especie. Pero no por eso la belleza es menos subjetiva. Suele variar de acuerdo con la inclinación de los que la aprecian. Para todos, Andrómaca era más corpulenta que lo normal y sólo Héctor decía que era proporcionada. La que fue el mono loco y el chimpancé del tango Justo el 31, bien pudo haber sido, después, la que le despertó una pasión otoñal al protagonista del tango La última.
Venus de Milo
           En el lunfardo, la belleza de una mujer, y esto dentro de un margen de subjetividades, también puede ser pasible de una clasificación zoológica.
            Leona y pantera, son sinónimos que se utilizan indistintamente para designar a la mujer atractiva y provocadora. Potra y potranca aluden a la mujer joven y deseable. Una bestia puede ser una mujer exuberante y sensual; y una gata es la que, además de tener sus encantos, es mimosa.
            Y en el otro extremo, en el de lo feo, la animalidad sólo se limita a los bichos, a los bagres y a los loros.
            Claro que, cuando la fealdad sobrepasa todos los límites, el ingenio popular puede recurrir hasta a una referencia histórica. Tal el caso de aquellas hermanas que, por lo extremadamente feas, eran conocidas en el barrio como Vilcapugio y Ayohuma.


"Se dice de mi" - milonga (1943) de F. Canaro e Ivo Pelay 
Canta Tita Merello
Escena de la película "Mercado de Abasto"