jueves, 16 de junio de 2011

ACERCA DEL TANGO Y SUS APOLOGÍAS


El tango es, esencialmente, un arte de síntesis. 
Puede ser una sinfonía, un ballet de pareja abrazada, una novela existencial musicalizada o las tres cosas juntas, sin necesitar para eso más de dos o tres minutos.
El tango es la música de fondo de nuestra inefable identidad nacional proyectada al mundo. 
Es una música popular que nos identifica y singulariza.
De nuestra “banda sonora” , tal vez sea lo mejor. 
Generador de un heterogéneo corpus de textos teóricos de diferente intención y calado, el tango, como Sócrates, ha tenido también más de una apología. Y pruebas al canto. 
Recordemos la “Apología del Tango” de Manuel González Baraldo, de 1924, con música de Ataliva Montenegro; la de Francisco Brancatti y la de Enrique P. Maroni, sin duda la más difundida… la que nos dice:
Con Enrique Cadícamo, autor de "Apología tanguera"

“Tango que me hiciste mal
y que, sin embargo, quiero
porque sos el mensajero
del alma del arrabal;
no sé qué encanto fatal
tiene tu nota sentida,
que la mistonga guarida
del corazón se me ensancha,
como pidiéndole cancha
al dolor que hay en mi vida.”
  
… y la que aquí podremos escuchar en la voz de su autor. 
Y eso sin olvidar la “Apología tanguera” escrita por Enrique Cadícamo, que musicalizó y cantó como ninguna Rosita Quiroga con el acompañamiento del trío de Ciriaco Ortíz.

"APOLOGÍA DEL TANGO" de Enrique Pedro Maroni, en la voz de su autor
(Click en el triángulo de play)